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LA VIDA INTERIOR

 Para quienes deseen aprovechar este curso que comienza daremos materia para profundizar en un tema muy interesante pues, recogeremos los pensamientos de grandes misticos como Santa Teresa, san Juan de la Cruz, san Pedro de Alcantara, San Juan de Avila y otros. Los cuales nos llevarán a comprender un poco mas de lo que la gracia de Dios es capaz de operar en nuestras vidas si dejamos que ella actue y perseveramos en el camino que Dios nos encamine con el fruto de la oración. 1.º ¡Las almas están enfermas!– Al decir esto no quiero referirme a esa pobre sociedad que agoniza alejada de Dios, agitada y perpleja entre los dos opuestos extremos del materialismo y del ocultismo. Las incertidumbres, las conmociones y angustias, cada día más agudas, nos revelan la profundidad del mal. Lo que llama mi atención en este momento no es esa sociedad que ha dejado ya de ser cristiana para volver a ser pagana; es, sobre todo, la sociedad cristiana, la que se llama y se cree tal, y que de hecho

Lecc XXII EXPLICACION DE DIOS (1)

Esencia de Dios. —Hemos probado la existencia de Dios y, por cierto, no con todos los argumentos que se pueden traer. Singularmente se pueden traer todos los argumentos que trajimos en favor de la revelación y que llamamos Motivos de credibilidad , porque lo mismo prueban que hay Dios  Y la misma revelación, cuya verdad allí quedó probada, lo primero que supone y afirma es que hay Dios. Mas ahora vamos a describir, como podamos, la esencia de Dios, lo que es Dios.  Cómo conocemos a Dios. —Dios es invisible. ¿Cómo, pues, le conoceremos? Por sus efectos, y raciocinando, y, sobre todo, mucho más fácilmente por medio de la fe. El primer fundamento de la razón es éste: que todo lo que existe viene de Dios; luego todas las perfecciones que hay en las cosas vienen de Dios; luego Él tendrá de alguna manera todas las perfecciones que hay en ellas. Esto ya nos tiene que dar una idea muy grande de Dios. En el sol tiene que haber más luz que en todos los rayos que de él salen, y en el m

Lecc 21 EXISTENCIA DE DIOS (4)

  Prueba 8: El testimonio de los sabios. —Facilísima es esta prueba. Bastaría coger el catálogo de los sabios, y se vería que la generalidad de los sabios más eminentes han creído en Dios, y asegurado que es imposible no creer en Él. Los sabios que positivamente han negado a Dios son muy pocos, relativamente, y de ellos muchos son sabios en ciencias matemáticas o físicas, pero no en ciencia religiosa. El protestante Demert, en un opúsculo, recogió las opiniones religiosas de trescientos sabios, los más eminen­ tes de los cuatro últimos siglos en ciencias naturales. De treinta y ocho de ellos dice, no encontró datos positivos. De los otros doscientos sesenta y dos, sólo veinte se muestran indiferentes o incrédulos; los demás creen en Dios. En este siglo escoge ciento sesenta y tres de los más notables; de ellos ciento veinticuatro creyentes; sólo veintisiete no tienen opiniones religiosas bien conocidas, y sólo doce son incrédulos, como Tyndall, Huxley, Moleschot, Vogt, Buchner,

Lecc 20 EXISTENCIA DE DIOS (3)

Prueba 4.a: La vida. —Uno de los argumentos para probar la existencia de Dios, y una pesadilla de los ateos es la vida. ¿Quién es el primero que dió vida a los vivientes? Antes los incrédulos decían que los vivientes podían formarse por generación espontánea; hoy lodos los sabios afirman, sobre todo desde Pasteur acá, que ningún viviente puede nacer sino de un viviente. Pero ¿dónde comenzó el primero? Un león de otro león, una águila de otra águila, un hombre de otro hombre, una mosca de otra mosca, una planta de otra planta... Pero ¿quién hizo la primera planta, el primer mosquito, el primer león, el primer hombre? Virchow decía: «Es necesario optar entre la generación espontánea y la creación por Dios»; mas nadie ha visto una producción espontánea de materia orgánica, la cual rechazan no sólo los teólogos, sino también los naturalistas luego la creación por Dios.  Además, la misma vida es en sí tan misteriosa y admirable e independiente de nuestra voluntad, que sólo se explica

Lecc 19 EXISTENCIA DE DIOS (2)

 Orden humano. —En fin, el hombre es un mundo abreviado, como decía un filósofo, una máquina sumamente complicada y que marcha admirablemente. Pondérese un poco el funcionamiento del corazón, de la sangre, de los alimentos, de los nervios, de los músculos, de los movimientos, de la respiración, de lo cual fácilmente se puede decir no poco que explique al pueblo el orden admirable en el hombre. Se puede descubrir en particular, por ejemplo, el ojo y lo admirable de este sentido: 1.° Lo que ve, las cosas, sus colores, sus figuras. 2.° Su disposición para ver: el nervio óptico se termina expansionándose en el ojo, tan sabiamente dispuesto, que tiene hasta ocho capas de distinto tejido; la más interior, que es la retina, y que recibe la acción de la luz, está formada de fibras finísimas como filamentos de un delicadísimo terciopelo, de las cuales unas terminan en hilos sutiles, que se llaman bastoncitos, y otras en unos abultamientos, que se llaman conos, los cuales están distri

Lecc 18 EXISTENCIA DE DIOS

Existencia de Dios . —Antes de pasar a describir las perfecciones y atributos de Dios, vamos a tratar de su existencia. Hay Dios. Ésta es una verdad tan grande, tan profunda, tan universal, que solamente los necios, los soberbios, los que no piensan la pueden negar. Y aun éstos cuando obran espontáneamente y se olvidan de su obstinación y soberbia, la confiesan. La mayor impiedad es ser ateos, como luego diremos. Vamos ahora a probar la existencia de Dios.  Prueba 1ª ¿Quién hizo las cosas? —Mirad el mundo visible. ¿Qué veis? Un conjunto de cosas que dependen unas de otras, que se mudan, que vienen y van, que han sido hechas, que no son capaces de hacerse a sí mismas, que se corrompen, que si no las determina alguno y las empuja a la existencia, lo mismo pueden ser que no ser, que en sus continuas mudanzas llevan la marca de que en algún tiempo no existieron, y de que alguno las sacó a la existencia y las conserva y las empuja, que se mueven, que se apoyan unas en otras. To

Lecc 17 QUIÉN ES DIOS

  Artículo l.° Creer en un solo Dios Todopoderoso. —El artículo primero contiene tres puntos: creer que existe Dios; creer que es Todopoderoso; creer que es uno solo.  Definición de Dios. —Para proceder adelante, conviene que ante todo digamos lo que es Dios. Nuestro Catecismo define Dios diciendo que es una cosa la más excelente y admirable que se puede decir y pensar; un Señor infinitamente bueno, sabio, poderoso, justo, principio y fin de todas las cosas.  Una cosa: aunque en castellano parece la palabra algo pobre, científicamente está bien. Y se debe entender un ser, y un ser no vago, sino preciso; no indefinido, sino determinado, aunque infinito; no impersonal, sino personal, aunque en tres personas; como veremos.  La más excelente y admirable que se puede decir y pensar. Es decir, lo más excelente y admirable que puede haber: más excelente que todo lo que existe; lo más excelente de todo lo que puede imaginarse o pensarse por cualquiera.  Un Señor infinitamente bueno