Martes, 25 de diciembre: fiesta de la Natividad de Nuestro Señor.

¡Feliz Navidad a todos!

¡Esta noche, somos todos pastores! Nos dijeron que había nacido el Salvador, y que lo reconoceremos por este signo: ¡un niño recostado en un pesebre! Luego, corramos a descubrir este gran misterio, este año otra vez... ¿Qué vemos?

Llegando desde lejos, nos damos cuenta de una cosa: Alrededor, todo es negro, pero el pesebre, está lleno de luz. Este es el primer mensaje de Navidad: el niño, que se nos ha prometido, trae a los hombres luz para su camino y el calor para sus vidas. Acerquémonos un poco más: como todo es pobre, simple, hay amor y alegría. Es el sello de este Niño: el verdadero amor y nuestras almas se dilatan ante esta predicación, es como nos gustaría vivir... Ahora mi mirada se cierne sobre el Niño: es hermoso y qué ambiente de la oración y recogimiento en este establo. Ver a María y a José, y... en un instante entendemos tantos misterios, tantas cosas: adoran al Dios hecho Niño que está ahí. Y este enviado, es cantado por los Ángeles, es Dios mismo venido a la tierra. Y nosotros, prosternemonos ante un Dios que se hace tan próximo al hombre y que no busca, básicamente, nuestra amistad...

¡Os anuncio una gran alegría a todo el pueblo! Un Niño nos ha sido dado... ¡Qué maravillosa noche!

PROPOSITO DEL DIA  : 
Guardar la alegría todo el día.






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