1 Dic CUÁL ES EL OBJETO DE LA ABNEGACION

Toda alma que busca de verdad la perfección tiene que renunciar al ESPIRITU PROPIO a ese espíritu tan aferrado a sus ideas y que tan difícilmente tolera ser contrariado, aunque siempre está dispuesto a rebelarse contra los demás, incluso contra los superiores. Quien no renuncia a este espíritu demuestra lo presuntuosa y engreída que es su razón, que habrá de curarse con la práctica de la humildad y de la abnegación. La primera de estas virtudes nos da a conocer la natural ignorancia, sobre todo en el orden de la gracia, y la segunda reprimirá el afán de hacer valer nuestras opiniones en detrimento de la obediencia, de la caridad y a veces hasta de la verdad.

Hay corazones tan pequeños que se dejan abatir por la menor pena o murmuran ante cualquier dificultad. Un trabajo mas que se les imponga, una obediencia que les resulte penosa, un plan contrario a sus gustos, es para ellos motivo de luchas y les quita la paz interior. Y esto solo se corrige con la abnegación de la PROPIA VOLUNTAD, renunciando a todo sentimiento contrario a la perfección.

También hay muchas personas que dan excesiva importancia a la SALUD, por lo que andan siempre pendientes de ella, y cuidando el cuerpo pierden el tiempo que hubieran podido emplear en beneficio del alma. Con frecuencia su exagerada solicitud degenera en sensualidad, y suele acontecer que el amor al bienestar, a las comodidades y deleites mas o menos sensuales remplace en ellas al espíritu de mortificación y de penitencia que nos recomienda el Evangelio. Es necesario, pues, acudir en este caso al renunciamiento de todo apego desordenado al cuerpo y a sus apetencias, para prevenir así funestas consecuencias.

para proseguir esta lucha sin cuartel contra nosotros mismos, animémonos al considerar a Jesús, que, contrariado, abofeteado y crucificado en su cuerpo y en su alma, nos da con su conducta el ejemplo de la mas sublime, constante y generosa abnegación. Si considerára-mos todos los sacrificios que el divino Redentor se impuso para salvarnos, no podría-mos negarnos a caminar por sus huellas en busca de la perfección.

PROPÓSITOS:

1- Renunciar a mis ideas, prejuicios y malas inclinaciones.

2- Combatir y reprimir todo cuanto en mí se oponga a tu divina voluntad.

3- Mortificar la natural inclinación que me lleva a satisfacer los apetitos del cuerpo en detrimento del alma.        

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