21 DE SETIEMBRE. SIEMBRA Y COSECHA.
“El que siembre en la carne, recogerá de la carne corrupción.” La carne, los sentimientos carnales se parecen a un vasto y fecundo campo. El que siembra en este terreno, recogerá corrupción. ¿Quién siembra en la carne? El Apóstol nos lo dice bien claro: el que se preocupa de la honra vana; el que, por su ambición, por su loca vanidad y por sus orgullosas pretensiones, desprecia a los demás y es causa de riñas y disensiones; el que tiene celo y envidia del prójimo; el que corrige con aspereza y con poca caridad al hermano que ha caído; el que se tiene por algo; el que compara su conducta con la de los demás y toma pie de aquí para criticar lo que los otros piensan, dicen y ejecutan; el que, al obrar, no mira solo a Dios; el que no se preocupa para nada de las necesidades, miserias y dificultades del prójimo; finalmente, el que no comparte “el peso del otro”, el decir, el que no se compadece de los demás, el que no les instruye, el que no ora y no hace obras de penitencia por ellos. Todos los que así obran son hombres puramente terrenos y naturales. Están llenos de sí mismos. No han sido transformados aún por el Espíritu Santo en hombres sobrenaturales:
“El que siembre en el espíritu, recogerá del espíritu vida eterna.” También el espíritu es un campo fecundo. ¡Dichosos los que siembren en este terreno! Siembra en el espíritu: el que no se preocupa de la honra vana; el que no tiene celo ni envidia de los demás; el que corrige con dulzura al pecador; logrando así convertirlo de nuevo a Dios; el que reconoce humildemente su propia debilidad; el que examina seriamente todos sus actos ante Dios y ante la propia conciencia; el que lleva el peso del otro y demuestra a todos, con obras y con palabras, su amor y su caridad; el que nunca se cansa de hacer bien; finalmente, el que, mientras puede y es tiempo de ello, no cesa nunca de hacer bien a todos, singularmente a los hermanos en la fe, es decir, a los que, por su santo Bautismo, son miembros del Cuerpo místico de Cristo, son hijos de la Iglesia.
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