El celo sacerdotal

De nada sirve, según el lenguaje de las santas escrituras, el agradar a los hombres; solo se cuenta en el número de los buenos el que procura agradar a Dios.

Si yo pensase en complacer á los hombres, decía el Apóstol san Pablo, no sería siervo de Jesucristo. El mismo Salvador dice expresamente, a sus discípulos que no pueden agradar al mundo, porque no son del mundo; que si lo fueran, el mundo los estimaría. Y si este oráculo divino debe verificarse respecto a cualquier fiel imitador de Jesucristo, mucho mas se debe comprobar de sus ministros.

La conducta de estos debe ser una continua censura de las máximas del mundo; deben reprender, argüir, corregir y enmendar todo género de delitos, a todas horas, en todas ocasiones; y con esto es imposible que pueda granjearse la estimación del mismo mundo. La mayor prueba de la virtud de un sacerdote es el no hacer caso de los aplausos y elogios de los mundanos; antes bien debe despreciarlos y huir de ellos, como que son la polilla que roe las buenas obras.

Los mismos medios por donde se busca muchas veces la estimación del mundo, son los que más desacreditan a los sacerdotes. Aun el seglar más relajado, entiende bastante de virtud y de moral para censurar en su interior la conducta de un eclesiástico. Todos saben que la caridad y el desinterés son las virtudes características de los sacerdotes. Todos conocen que el mérito, la virtud y la ciencia deben ser la única y la mayor recomendación del ministro de la Iglesia; que deben ser el espejo donde se miren los seglares; que deben recurrir a él para pedirle consuelo, consejo en sus dudas y doctrina para el gobierno de sus conciencias. Pero hallan tal vez un sacerdote distraído, ocupado únicamente en los negocios del siglo, que huye del trabajo a que le obliga su ministerio, y que es más ignorante en la ciencia de la Religión que ellos mismos. Por eso se queja san Gregorio del daño que ocasionan a los fieles aquellos sacerdotes que, habiéndolos destinado Dios para la corrección de los demás, son ellos mismos ejemplo de corrupción.

PROPÓSITO PARA HOY

Rezar varias veces al día la jaculatoria:

¡Señor, danos sacerdotes!,
¡Señor, danos sacerdotes santos!

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