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Mostrando entradas de junio, 2020

LA PRECIOSA SANGRE DE JESÚS

Caídos bajo la tiranía de Lucifer, los demonios habían hecho guarida en nosotros. El Verbo eterno, que NOS QUERÍA PARA SÍ, tomó un corazón como el nuestro, un corazón para que diera a sus venas sagradas la sangre con la cual había de redimirnos. Como dijo el Príncipe de los apóstoles, Jesús no obró nuestra redención a precio de plata ni de oro, sino a costa de su Sangre, cuyo valor es infinito. Todas las criaturas juntas serían impotentes para pagar el precio que costaron nuestros corazones, por lo cual debemos conservárselos aquél que no se conformó con crearlos para sí mismo, sino que quiso reconquistarlos después de su caída, de tal manera que nadie que no fuera él pudiera señorearse de ello sin cometer injusticia. Nuestros corazones estaban feamente mancillados, eran miserables. Ni con un diluvio de sangre humana hubieran podido ser PURIFICADOS ni hechos agradables a los ojos del Padre celestial. El Salvador no solo derramó por nosotros lágrimas, las más preciosas de cuantas

MARTES DE LA CUARTA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

LA GRACIA ACTUAL Un alma en estado de gracia, es decir, un alma sin pecado mortal en la conciencia, necesita de la ayuda divina para perseverar en tal estado. Esta ayuda se llama: GRACIA ACTUAL. Dios la concede en virtud de los méritos de Nuestro Señor Jesucristo, para remediar nuestra debilidad y hacernos capaces para huir del mal y obrar el bien. Conservar o aumentar en nosotros la VIDA SOBRENTURAL o la gracia santificante, y realizar OBRAS MERITORIAS para la vida eterna, son, según Santo Tomás, los dos efectos principales que surte la gracia actual. La gracia SANTIFICANTE nos eleva a un género de vida superior a la condición de toda naturaleza creada; nos hace partícipes de la santidad de Dios y tiene por efecto inmediato el unirnos a nuestro último fin y hacernos participr de sus bienes y de su felicidad. Juzguemos por aquí cuán grandes son las excelencias de la gracia santificante. Pero estas excelencias recaen sobre la GRACIA ACTUAL, puesto que ésta debe consolidar y pe

VIERNES DE LA TERCERA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

ABNEGACIÓN DEL CORAZÓN DE JESÚS La abnegación se demuestra por la GRANDEZA DE LOS SACRIFICIOS que se realizan en interés del prójimo. El rico que da sus bienes, practica, sin duda, la caridad; pero mucho mejor la practicaría si se consagrara ÉL MISMO al servicio de sus semejantes. El Verbo eterno no solo quiso enviarnos sus luces, gracias, profetas y servidores, sino que él mismo en persona emprendió la obra de la salvación del género humano. Infinitamente noble e infinitamente rico, se dignó descender hasta el abismo de nuestra nada y hacerse el más pobre de todos, viéndosele carecer hasta de lo necesario en Belén y en Egipto y ganar en Nazaret el pan de cada día con el sudor de su frente, ¡el, Rey de la gloria, dueño de todos los tesoros del cielo! La abnegación del Corazón de Jesús llegó hasta el extremo de querer cargar él mismo con el peso de nuestras iniquidades y EXPIARLAS en lugar nuestro. Su vida se deslizó en un continuo martirio: todos éramos culpables, y su Corazó

JUEVES DE LA TERCERA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

MOTIVOS PARA IMITAR LA ABNEGACIÓN DE JESÚS La santa costumbre de renunciar a nosotros mismos, a nuestros gustos particulares al beneplácito divino produce en el alma efectos muy saludables. Arrancando de nuestro corazón las malas inclinaciones y las faltas cotidianas que interceptan la luz divina, facilita las MIRAS SOBRENATURALES, doblega nuestro VOLUNTAD y la hace constantemente dócil a las gracias del Espíritu Santo. Así como los pecadores que siguen sus malos apetitos se hacen esclavos de ellos, así el alma fiel, al practicar la abnegación se desprende de sí misma y se sujeta por entero a la voluntad del Creador. Únase estrechamente al Corazón sagrado, porque la unión de DOS CORAZONES se estrecha más teniendo los mismos sentimientos, afectos y deseos. La abnegación nos mueve a renunciar a las inclinaciones personales para no querer sino lo que agrade a Jesús. ¡Qué hermosa es la unión de un alma que, muerta a sí misma, vive únicamente por Cristo! El alma, al mortificar los

24 DE JUNIO

  NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA La verdadera grandeza no consiste en la alcurnia, ni en   los empleos, ni en las dignidades, sino en la semejanza con el modelo de toda grandeza moral, Jesucristo. San Juan Bautista fue grande desde su nacimiento, porque ya desde entonces se ASEMEJABA al Verbo encarnado. El arcángel Gabriel, que anunció a María la encarnación del Verbo, también anunció a Zacarías el nacimiento de Juan Bautista. Y el mismo Jesús santificó a su Precursor y le llenó del Espíritu Santo por intermedio de María, aun antes de que viniera al mundo. Por tanto, San Juan Bautista nació puro, agradable a los ojos del Señor, teniendo uso de razón y adornado de todas las virtudes. Hubo grande MILAGROS con motivo de su nacimiento. El cielo reveló a sus padres el nombre que habían de ponerle. Zacarías recobró el habla que había perdido y entonó el hermoso cántico Benedictus , que diariamente repite la Iglesia hasta los confines de la tierra. Grande, por tanto, tiene que ser

LUNES DE LA TERCERA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

  EL CORAZÓN DE JESÚS, PERFECTO MODELO DE SACRIFICIO El apóstol San Pablo escribe: “El Hijo de Dios, al entrar en el mundo, dijo a su Eterno Padre: Me has apropiado un cuerpo mortal. Heme aquí, vengo, según está escrito de mí, para cumplir, oh Dios, tu voluntad (Hebr. 10, 5-7).” Jesús se ofrecía de este modo a la Justicia divina para pagar nuestras deudas, y el Padre eterno aceptó esta ofrenda inspirada a su Hijo por su amantísimo Corazón. Desde entonces el Salvador vive CONSTANTEMENTE INMOLADO. Las privaciones de la infancia, las fatigas del apostolado y los crueles suplicios de la Pasión hicieron de él la Víctima perpetua de nuestra salvación. Y eso es lo que precisamente nos recuerda la corona de espinas que ciñe al Sagrado Corazón en sus imágenes. Jesús no se contenta con inmolar su cuerpo; quiere también inmolar su VOLUNTAD: “Heme aquí que vengo, dijo a su Eterno Padre, para cumplir, ¡oh Dios!, tu voluntad.” Y, en efecto, el Redentor en la tierra no tuvo otro deseo que e

TERCER DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

EMBLEMAS DEL CORAZÓN DE JESÚS: EMBLEMAS DEL AMOR El fuego que arde en el Corazón del Hombre-Dios es símbolo de aquel AMOR INMENSO E INCOMPRENSIBLE a su Padre celestial en que se abrasaba, y es foco sobrenatural de todos los demás amores. Pero ¡qué devorador era este fuego! La caridad de los ángeles, la de los serafines, incluso la de la bienaventurada Virgen María, no pueden darnos de ello ni una ligera idea. En las criaturas era el amor como diminutas centellas; en el Verbo encarnado era hoguera infinita de amor divino. Este amor no tenía a Dios por único objeto: también se extendía a todas las almas, imágenes vivas suyas. Las llamas que contemplamos alrededor del Sagrado Corazón representan la ARDIENTE CARIDAD del Salvador para con nosotros. Y así como el fuego devora cuanto sujetamos a su acción, así también el amor de Jesús supo vencer todas las dificultades para lograr nuestra salvación. Jamás retrocedió ante el sacrificio; los oprobios, los tormentos, la muerte más cruel n

SÁBADO DE LA SEGUNDA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

                            EMBLEMAS DEL CORAZÓN DE JESÚS Se representa al Corazón del Hombre-Dios rasgado por una HERIDA. Esta llaga nos recuerda la muerte dolorosa del divino Redentor y la fuente de bienes que de ella se derramó. Apenas hubo Jesús expirado, un soldado, blandiendo la lanza, le traspasó el costado, abriéndole una ancha herida, herida sagrada, dice San Agustín, que fue para nosotros puerta de la vida. El agua que de ella salió es símbolo del Bautismo, por el cual nacemos a la vida de la gracia y somos constituidos hijos de la Iglesia. La sangre que de allí manó es figura de la Eucaristía, alimento y fuerza de las almas. Al contemplar este Corazón llagado, debiéramos recordar los beneficios de nuestro Salvador y a la par los dolores que Jesús padeció para procurárnoslos. Las ESPINAS que rodean al Sagrado Corazón nos traen a la imaginación la corona de espinas incrustada en la cabeza adorable de Jesús, que no le fue quitada, asegura Orígenes, hasta después de la

VIERNES DE LA SEGUNDA SEMANA DE PENTECOSTÉS

                            EL SAGRADO CORAZÓN El Corazón de Jesús es el Corazón del Verbo encarnado, de la segunda Persona de la Santísima Trinidad. Imagen consubstancial del Padre según su divinidad, el Salvador posee en sí TODAS LAS PERFECCIONES. Es dulce, paciente, generoso y caritativo, no a la manera de los santos, sino en grado eminente. “En él, dice el Apóstol, están encerrados todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia (Col. 2, 3).” Semejante corazón es digno de TODO NUESTRO AMOR. Amamos a las criaturas cuando en ellas encontramos reunidas la nobleza, la grandeza, la bondad, la fortuna, la generosidad. ¡Cuánto más debemos amar al Creador mismo, que posee en grado infinito todas esas cualidades, de las que él mismo es fuente inagotable! Al amar lo terreno ponemos el afecto en una sombra vana y pasajera; ¿por qué en lugar de esto no nos unimos a la belleza increada que permanece eternamente y que puede hacernos por siempre dichosos? Dejémonos, pues, arrebatar, c

MIÉRCOLES DE LA SEGUNDA SEMANA DE PENTECOSTÉS

HOMENAJES DEBIDOS A LA DIVINA EUCARISTÍA “Creo, decimos con la Santa Madre Iglesia, en un solo Señor, Jesucristo, Hijo unigénito de Dios. Y nacido del Padre antes de todos los siglos. Dios de Dios, Luz de Luz, DIOS VERDADERO de Dios verdadero (Símbolo de Nicea).” Este Señor en que creemos, queriendo salvar a los hombres, se encarnó, murió sobre una cruz, y aunque resucitó y en los cielos está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso, permanece con nosotros en las iglesias bajo las especies eucarísticas, y obra tales prodigios tan numerosos que nos resultan incomprensibles. Los ángeles mismos, dice Santo Tomás, no pueden conocerlos sino alumbrados por la luz de la gloria que los ilumina en los cielos. Rodean esos ángeles, espíritus felices, a su Señor en nuestros santuarios y prostérnandose ante su presencia divina con respeto sin límites. ¡De qué sentimientos de devoción debiéramos sentirnos también nosotros animados al adorar al mismo Dios, CREADOR DEL UNIVERSO! De él

MARTES DE LA SEGUNDA SEMANA DE PENTECOSTÉS

EL SOL DE LA EUCARISTÍA Jesús en la divina Eucaristía obra en nuestras almas del mismo modo que el sol que alumbra, calienta y fecunda la tierra. “Yo soy la LUZ del mundo”, dijo el Señor; el que me sigue no camina a oscuras, sino que tendrá luz de vida (Juan 8, 12).” Manifiéstese de un modo especial la verdad de estas palabras en el Sacramento del Altar, porque él es foco de esplendores divinos, cuyos ardientes rayos se esparcen desde los sagrarios por toda la Iglesia católica, comenzando por su Vicario, el Soberano Pontífice,   a quien hace infalible, y continuando por los obispos, los sacerdotes, hasta llegar al más escondido de todos los fieles. De Jesús en la Eucaristía y del Espíritu Santo recibimos las luces sobrenaturales, luces de fe, dones de inteligencia, de ciencia y de consejo y las buenas inspiraciones que nos llevan al bien. ¡Qué influencia debieran ejercer semejantes irradiaciones sobre nuestra voluntad! Despertados, CALENTADOS y reanimados por los rayos de gra

LUNES DE LA SEGUNDA SEMANA DE PENTECOSTÉS

      LA COMUNIÓN ESPIRITUAL “Se recibe espiritualmente el Cuerpo de Jesucristo, dice Santo Tomás, cuando se cree en su presencia real bajo las especies eucarísticas, y con ardor se desea recibirle sacramentalmente.” El Santo Concilio Tridentino asegura: “que las almas que desean comer este pan celestial con la fe viva que anima la caridad, notan en sí mismas LOS FRUTOS y las ventajas que de él se recogen. Y Santa Teresa de Jesús añade que por la Comunión espiritual se imprime más profundamente en nosotros el amor de Cristo. Un día, la bienaventurada Margarita María deseaba ardientemente comulgar, y apareciéndosele el Señor, le dijo: “Hija mía, tu deseo ha penetrado tan hondo dentro de mi corazón, que si yo no hubiera instituido este sacramento de amor, lo instituiría ahora para ti sola: porque es tanto lo que ME AGRADA ser deseado, que tantas veces como un corazón expresa tal deseo, otras tantas le miro con ternura para atraerle hacia mí.” ¡Qué numerosas son las VIRTUDES que

2 º DOMINGO DE PENTECOSTES

LA COMUNIÓN “En verdad, en verdad os digo, que si el grano de trigo, después de echado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto (Juan 12, 24).” El grano de trigo del Evangelio no es otro sino el Salvador, que por su muerte se convirtió en el trigo de los elegidos. ¡Y qué ABUNDANTÍSIMO FRUTO produce en el adorable misterio de la Eucaristía! El pan material, alimento de nuestro cuerpo, se convierte en la misma sustancia de aquel a quien alimenta; pero no sucede esto con el Pan divino de la Eucaristía, que, más poderoso que nosotros, nos transforma en él de modo maravilloso, y como es noble, celestial y divino, nos eleva, nos desprende de todo y nos hace participes de la nobleza, sabiduría y santidad de Jesús, penetrando los pensamientos, las intenciones, las luces y los sentimientos del Señor en nosotros, como los rayos del sol a través del cristal. De esta manera, al serle comunicadas a nuestro corazón tan santas inclinaciones, amamos como Jesús

Retiro Espiritual

Ejercicios de San Ignacio Retiro para Hombres Cinco días en el Monasterio del Oasis del 23 (14:30 h) al 27 (18:30 h) de Junio 2020 Inscripciones abiertas (Cupo limitado) Fecha límite inscripción: 17 de Junio 2020 Telf de contacto: 937919235 WattsApp 0033601784432

SÁBADO INFRAOCTAVA DEL CORPUS

MARÍA Y LA EUCARISTÍA María es comparada en la Sagrada Escritura a una NAVE, porque trae a la tierra todos los bienes del cielo; y nave de MERCADER, por causa de la solicitud con que se ocupa en nuestra felicidad. Sobre todo, la Virgen nos ha dado el Pan de Vida, “SU PAN” según el texto sagrado, porque está formado de su misma sustancia. “La carne de Jesús, dice San Agustín, es la carne de María.” Ella nos ha traído este pan de LEJOS, al hacerlo bajar de los altos cielos. El Verbo divino era en la gloria el alimento de los espíritus bienaventurados, alimento demasiado fuerte para nuestra debilidad, y la Virgen, al consentir en la Encarnación del Verbo increado, le puso a NUESTRO ALCANCE, dándole el cuerpo y la sangre que nos alimentan bajo las especies eucarísticas, cumpliéndose de esta forma la palabra del Salmista: “Pan de ángeles comió el hombre”, y éstas otras del Profeta Isaías: “Te criarán regios pechos (Is. 60, 16).” ¿No es acaso la Madre de Dios quien se hace nuestra

VIERNES INFRAOCTAVA DEL CORPUS

LA DIVINA EUCARISTÍA, FUENTE DE LAS GRACIAS El gran tormento del CORAZÓN HUMANO es la sed de vida, de placeres, de gloria, de reposo, de riquezas y de inmortalidad. Imposible que el mundo pueda saciar esta sed; la excita en vez de apagarla. El alma, creada para el cielo, no ha perdido, a pesar de su caída, la conciencia de sus grandes destinos. La tierra no puede satisfacerle plenamente. Por eso el Verbo encarnado nos trajo del cielo bienes proporcionados a nuestras aspiraciones. Figurémonos al Salvador sentado junto al POZO DE JACOB y diciendo a la Samaritana: “¡Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice dame de beber! (Juan 4, 10).” Este don de Dios es el don de la gracia, y quien nos habla es Jesús en la Eucaristía. Escuchemos lo que nos dice: “Si alguno tiene sed de sabiduría de santidad, de alegría, venga a mí y beba (Juan 7, 37).” “Quien bebiere del agua que yo le daré, nunca jamás volverá a tener sed (Juan 4, 13).” En efecto, el alma, por la sagrada Com

MIÉRCOLES DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

                      TRES PETICIONES DEL PADRENUESTRO Nada existe que más pueda ennoblecer nuestro espíritu, santificar nuestro corazón y tranquilizar nuestra conciencia que la gloria de Dios, la gracia de Dios y el cumplimiento de la voluntad de Dios. Buscar la GLORIA DE DIOS es la más sublime de todas las intenciones. El Señor mismo la busca siempre, lo primero, en todas sus obras. Y nosotros pedimos lo mismo cuando decimos: “Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el tu nombre”, es decir, que el nombre de nuestro Padre celestial sea conocido, honrado y glorificado en todo y por todos los hombres, especialmente por nosotros, que oramos para realizar este deseo. Cuando decimos después: “Venga a nos EL TU REINO” pedimos que se establezca en nosotros el reino divino de la gracia; porque por la gracia santificante vivimos la vida de Dios, y por la fidelidad a la gracia actual aumentamos diariamente esta vida divina, que nos hace participar de las grandezas y de

LUNES DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

NUESTRA ALMA IMAGEN DE LA TRINIDAD Dios ha formado el alma, no con sus manos poderosas, sino con un soplo de su boca, es decir, que la formó A SU IMAGEN y semejanza, haciéndola, como él, espiritual e inmortal, dotándola de inteligencia, de voluntad y de libertad, y haciéndola capaz de concebir nobles pensamientos, tener altas aspiraciones, actividad sin reposo y un deseo de goces y de felicidad que nunca se ve saciado. –Si apreciamos un retrato por el talento del artista que lo ha realizado, ¡cuánto debemos apreciar nuestra alma, que es la obra de Dios inmenso, Creador del universo! Si VENERAMOS un retrato según la imagen que en él vemos representada, cuánto debemos venerar las almas, que son imágenes vivientes del Altísimo. SU BELLEZA NATURAL sobrepasa todas las bellezas del mundo. Ni el firmamento con sus millones de estrellas resplandecientes, ni el sol en todo su esplendor, ni los palacios de los reyes, ni el boato de sus cortes, ni los más precisos jardines, ni el espect

DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

                                               EL MISTERIO DEL DÍA Al recibir del Redentor la misión de enseñar a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, es decir, en nombre de un solo Dios en tres Personas, la Iglesia puso todo su afán en DAR A CONOCER al mundo este dogma y en defenderlo contra todas las herejías. El Símbolo de los Apóstoles y un gran número de Concilios determinaron esta verdad y muchos doctores de la Iglesia han escrito páginas admirables acerca de tan inefable misterio. En nombre de un Dios en tres Personas, la Iglesia Católica BAUTIZA, absuelve, confirma, bendice a los esposos, administra la Extremaunción a los enfermos e invita al alma cristiana a que salga de este mundo, para penetrar en la mansión de los Elegidos. Todas las bendiciones del ritual se dan en nombre de la Santísima Trinidad, y el más augusto de todos los sacrificios, el sacrificio de la Misa que diariamente se celebra sobre miles de altar

SÁBADO DE PENTECOSTÉS

                                   EL DON DE PIEDAD Según Santo Tomás, el don de Piedad es una santa y habitual disposición que nos hace honrar a Dios como a NUESTRO PADRE, inspirándonos hacia él afecto verdaderamente filial, que nos lleva a amarle hasta en la persona de nuestros prójimos, creada como nosotros a su imagen y semejanza. Este don infunde un sentimiento de AMOROSO RESPETO y una dulce TERNURA hacia el Señor, haciendo que nos honremos de tenerle por Padre y no avergonzándonos de él delante de los hombres, antes nos gocemos hablando de él, viéndole amado y glorificado de todos. Cuando se posee el don de Piedad, se sienten las ofensas que se hacen a Dios más que las que nosotros mismos recibimos, y nos dolemos con toda el alma siempre que le disgustamos, aunque por ello no perdamos la paz interior, porque sabemos que Dios es Padre y que perdona a los corazones arrepentidos. ¡Cuán nobles y cuán de desear son estos sentimientos, inspirados por el don de Piedad! Este do

JUEVES DE PENTECOSTÉS

EL DON DE TEMOR DE DIOS El temor casto y filial, don del Espíritu Santo, no es el temor de un siervo ni el de un mercenario, sino más bien el respeto que puede tributar a su PADRE el hijo de un gran rey, respeto que, lejos de destruir el amor, lo perfecciona. De este sentimiento estuvieron penetrados los santos. Por eso San Francisco de Sales se mantenía siempre en una actitud digna y modesta al mismo tiempo, quedando como anonadado ante la Majestad suprema al hacer oración; por eso San Alfonso Mª de Ligorio, por respeto a la presencia de Dios iba siempre con la cabeza descubierta. Y no pensemos que este sentimiento estreche los corazones, los violente y los acobarde, porque, como dice San Bernardo, el temor es el principio de la Sabiduría, que, sin hacernos perder ánimos, nos hace reflexionar seriamente acerca de la grandeza, de la justicia, de la santidad y especialmente de la inmensidad de Dios, que llena todo el universo, previniéndonos suavemente contra las distracciones

MIÉRCOLES DE PENTECOSTÉS

LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO. SU PRECIO. Hay hombres capaces de realizar sin demasiados trabajos y en poco tiempo empresas difíciles que otros no podrían llevar a cabo aunque emplearan en ello su vida entera. Esto se explica porque a los primeros les fueron concedidas DOTES NATURALES que no poseían los otros: buena memoria, inteligencia clara, imaginación viva y bien ordenada, voluntad firme, gusto exquisito y seguro. Cualidades, debido a las cuales se han formado grandes oradores, hombres de letras y de ciencia famosos, pintores, músicos, artistas, arquitectos célebres, hábiles políticos y sabios eminentes. Lo mismo acontece en el orden SOBRENATURAL. Los santos, iluminados por Dios, comprenden los más altos misterios, se elevan fácilmente a la contemplación de la divinidad, obtienen sobre sí mismos las más señaladas victorias y llevan vida tan perfecta y sobrenatural que nos parece imposible poderla imitar y nos contentamos con admirarla. Pero si los santos son capaces de re

MARTES DE PENTECOSTÉS

PETICIONES AL ESPÍRITU SANTO Abandonado a sí mismo, el hombre permanecería en el triste estado en que cayó desde el pecado original, SIN PODER SALIR   de él a causa de su viciada naturaleza. Así como nos es imposible elevarnos corporalmente y permanecer en el aire si no somos sostenidos, tampoco puede nuestra alma hacer acto alguno sobrenatural ni remontarse hacia Dios si no le ayuda la gracia divina. Por eso dijo el Apóstol: “… no porque seamos suficientes o capaces por nosotros mismos para concebir algún buen pensamiento, como de nosotros mismo: sino que nuestra suficiencia o capacidad viene de Dios (II Corintios 3, 5).” Si sabemos persuadirnos de estas ideas, si sentimos de este modo y obramos en consecuencia, poseeremos el buen espíritu, espíritu de humildad que nos lleva a anonadarnos ante la Majestad divina y hace que nos consideremos siempre los últimos en méritos y virtudes. El primero y principal efecto de esta humildad es una entera DEPENDENC IA de Dios. La fe nos d