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Mostrando entradas de junio, 2022

1 DE JULIO. FIESTA DE LA PRECIOSA SANGRE DE CRISTO.

  El mes de julio está señalado por la fiesta de la preciosa sangre de Cristo, como el mes de junio está consagrado a la veneración y al culto del sacratísimo Corazón de Jesús. En la sangre de Cristo están contenidos y encerrados todos los tesoros y valores de la obra dela Redención. Por eso, la fiesta de la Preciosa Sangre debe ser un día de acción de gracias por el beneficio de la Redención que Cristo nos ha concedido. "Cristo se presentó como Supremo Pontífice de los bienes futuros, celestiales. Penetró de una vez para siempre en el Sancta Sanctorum de los cielos, revestido de su propia sangre, después de haber obrado, con su cruenta muerte de cruz, la eterna redención" de la humanidad. Una redención que tiene fuerza y validez para toda la eternidad. Una redención que, a diferencia de los sacrificios del Antiguo Testamento, "purifica nuestra conciencia de las obras muertas" y nos hace participantes, a los "llamados", de la eterna herencia prometida. &qu

25 DE JUNIO. EL AMOR MISERICORDIOSO DE JESÚS HACIA NOSOTROS.

“ La anchura y la largura, la altura y la profundidad”  de la misericordia de Dios para con nosotros. En el misterio de la infinita condescendencia del Hijo de Dios para con los hombres: “Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros”  (Jn. 1, 14).  En el misterio de su vida de voluntaria pobreza, de anonadamiento, de obediencia hasta la muerte, de paciencia, de humildad y mansedumbre, de prontitud para todo lo que el Padre quisiera de Él. “La anchura y la largura, la altura y la profundidad”, es decir, las infinitas dimensiones de la misericordia de Jesús en su redentora pasión y muerte de cruz y en todos los episodios siguientes: cuando su alma se entristeció hasta la muerte; cuando se cuerpo se vio envuelto en un angustioso sudor de sangre; cuando fue presentado ante el tribunal de los judíos y fue condenado a muerte por blasfemo; cuando fue con la cruz a cuestas; cuando fue crucificado y murió entre los más acerbos dolores. ¡Todo esto hizo Él por nosotros, para satisfacer a Dio

24 DE JUNIO. EL SAGRADO CORAZÓN

  Lo más útil que podemos alcanzar es el conocimiento de Dios, conocimiento de mucho más valor que todos los bienes del mundo. Él es, en efecto, la raíz de la eterna bienaventuranza (Juan 17,3) . Por eso decía Jeremías: "No se glorie el sabio en su saber, ni el valeroso en su valentía, ni el rico en sus riquezas. El que quiera gloriarse, gloriese en conocerme (Jer. 9, 23-24) ." Y, como dijo San Pablo, en Jesús "están encerrados todos los tesoros de la Sabiduría y de la Ciencia (Col. 2,3) ". Estos tesoros Jesús los concede con liberalidad y alegría a los que se dan a él, sobre todo a los pequeños y humildes de corazón. Si queremos ilustración espiritual superior a la de todos los sabios de la tierra, seamos devotos del Corazón de Jesús, pero con devoción que nos lleve a amar la vida humilde y escondida, la vida de recogimiento y de oración. Por este medio llegaremos poco a poco a la perfección del AMOR SAGRADO, cuyo foco es el Corazón de Jesús, porque es la encarnaci

23 DE JUNIO. LA SAGRADA COMUNIÓN

  En el acto de la sagrada Comunión se realiza una inefable, intima, viva y fecunda unión de Cristo con el alma. “Mezclad dos gotas de cera derretida, y ambas se fundirán en una sola. De igual modo, cuando nosotros recibimos el cuerpo y la sangre de Cristo, se realiza entre Él y nosotros tal unión, que Él se encuentra en nosotros y nosotros en Él” (San Cirilo de Jerusalén) . “La comunidad del cuerpo y de la sangre de Cristo, es decir, la sagrada Comunión, no aspira sino a que nosotros nos trasformemos en lo que recibimos, a que llevemos en el alma y en el cuerpo a Aquel, en el cual hemos muerto, con el cual fuimos enterrados y hemos resucitado” (San León) . Por el alimento somos incorporados a Él y, por lo tanto, es necesario que seamos levantados hasta donde Él está: a una inefable, fecunda y sublime comunidad de vida, de espíritu y de bienes con Él, con el Hijo de Dios. Él en nosotros, y nosotros en Él. Ahora, somos el objeto de un sobrenatural e infinitamente fecundo amor por parte

22 DE JUNIO. "HACED ESTO ES MI MEMORIA"

  En la Santa Misa practicamos, de la manera más perfecta, nuestra vocación sacerdotal, nuestra obligación de tributar a Dios una gloria infinita. En ella se hace el Señor, mediante la santa Consagración, operada por las palabras del celebrante, oblación, sacrificio nuestro. Se da a nosotros, para que nosotros se lo entreguemos, se lo ofrezcamos al Padre como cosa nuestra. "Por Él y con Él y en Él es a Ti, Padre omnipotente, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén." "¡Haced esto!" Hagamos lo que hizo Jesús. Tomémosle a Él mismo  y ofrezcámosle al Padre. ofrezcámosle, con Él, su carne y su sangre, su vida, su pasión y muerte, todo lo que Él es y encierra en sí mismo. ¡Ofrezcamos al Padre a Jesús! ¡Él es nuestra ofrenda, de un valor infinito; es un don y una glorificación perfectamente dignas de Dios! Vayamos a la santa Misa. Pero no vayamos solamente para adorar en ella al Señor, que desciende sobre el altar, ni para enriquecernos a nosotros con

21 DE JUNIO. LA SANTA MISA, SACRIFICIO DE LA IGLESIA

Todos los días se presenta la Iglesia ante el altar, en la persona de sus muchos millares de sacerdotes. “Acepta, Señor, propicio esta oblación de tus siervos (los sacerdotes) y de toda tu santa familia (los fieles co-oferentes, toda la santa Iglesia). “ Tiene en sus manos virginales la “hostia pura, santa e inmaculada”, el “pan santo de la vida eterna y el cáliz de la perpetua salud”, el cuerpo y la sangre del Señor, sus méritos, sus satisfacciones y sus oraciones. “Por Él y con Él y en Él”, la Iglesia, como Comunidad de los fieles, ofrece ininterrumpidamente, al Padre, al hijo y al Espíritu Santo, una adoración, una gloria, una acción de gracias, un amor, una satisfacción y una expiación dignas de Dios, de un valor infinito. La Iglesia. Y, con ella todos nosotros. En cada Misa que se celebra sobre la tierra tomamos parte todos nosotros. En la Iglesia y con la Iglesia estamos ofreciendo continuamente, sin interrupción alguna, el santo sacrificio de la Misa. Todas las Misas que se cele

20 Junio “Dios es amor.”

  “El que no ama, no conoce a Dios: porque Dios es amor. Dios nos ha demostrado su amor hacia nosotros enviando al mundo a su Hijo Unigénito, para que por Él vivamos nosotros. El amor está, no en que nosotros hayamos amado primero a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Nosotros hemos conocido y creído en el amor que Dios nos tiene. Dios es amor. El que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él. La perfección de nuestro amor a Dios consiste en esperar con tranquilidad el día del juicio. Esa tranquilidad será la mejor señal de que ya vivimos en este mundo como vive el mismo Dios.” Dios es amor. Nosotros poseemos el amor. El amor nos hace semejantes a Dios. Ahora bien: si somos, ya en esta vida, semejantes al Juez, mal podremos temer el ser condenados y rechazados por Él en el día del juicio, en la hora de la muerte. Esta confianza nos la da el amor. “En el amor no existe el temor. La caridad perfecta arroja fuera

SEGUNDO DOMINGO DE PENTECOSTÉS. LA SAGRADA COMUNIÓN.

  "Un hombre preparó un gran banquete y convidó a muchos. Llegado la hora, envió a sus siervos a decir a los invitados, que ya podían venir, pues todo estaba dispuesto." Pero los convidados comenzaron a excusarse de no poder asistir. El uno, había comprado una granja; el otro, una yunta de bueyes; el tercero, se había casado: ninguno de ellos podía ir. "Entonces, el padre de familias, furioso, dijo a su siervo: Sal en seguida por las calles y plazas de la ciudad, y trae aquí a todos los que veas, hasta que se llene mi casa. Sin embargo, os digo que ninguno, de los convidados al principio, gustará mi cena" (Evangelio) . El banquete está preparado, hoy y todos los días, en la santa Eucaristía. Los hartos, es decir, los entregados por entero a los intereses y exigencias materiales y terrenas, los que desoyen la invitación al banquete eucarístico, no encuentran en él ningún atractivo. En cambio, los pobres de espíritu, los que no son esclavos de la avaricia, los que des

18 DE JUNIO. LA SANTA MISA

"Santificado sea tu Nombre" He aquí el acto fundamental de la religión, de la piedad cristiana, lo único verdaderamente importante en nuestra vida. Santificar el nombre de Dios, glorificar a Dios, reconocerle por Señor y servirle como Él se merece: he aquí lo esencial. Pero, ¿Quién podrá glorificarle como Él se merece? Solamente un ser: el Hijo de Dios humanado, Nuestro Señor Jesucristo. Él es consubstancial al Padre, posee su misma naturaleza. Al mismo tiempo, es uno de nosotros. Dios y hombre en una sola persona, Cristo puede rendir al Padre el verdadero acatamiento que Él se merece: una acatamiento, una adoración y una alabanza infinitas. Según esto, la mayor glorificación que nosotros podremos y deberemos ofrecerle al Padre, consistirá en presentarle a Jesús, en sacrificarle al que es por esencia su mejor pregón de gloria. Jesús es, en efecto, el resplandor de la gloria del Padre y la figura o la reproducción exacta de su misma naturaleza. Es el himno triunfal, el canto d

17 DE JUNIO. LA EUCARISTÍA, FUENTE DE TODAS LAS GRACIAS.

  Una figura sorprendente de Jesús en la Eucaristía es la Fuente de Siloé, cuyas aguas brotan de la montaña de Sión, corren mansamente bajo tierra y riegan campos y jardines. El monte Sión, donde nace la fuente, nos representa la IGLESIA, sin la cual no se nos da la divina Eucaristía. Las aguas que corren mansamente bajo la tierra, regando campos y jardines, nos recuerdan los maravillosos efectos de este misterio escondido, que, aunque obra calladamente y sin ostentación, tiene sobre los hombres acción eficacísima, honda y universal. "He hecho brotar aguas en el desierto, dice el Señor y ríos en despoblado, para que beba mi pueblo, mi pueblo escogido (Is. 43, 20 )." -Al MULTIPLICAR nuestro divino Salvador su presencia en millares de iglesias, ha hecho brotar fuentes de agua viva en medio del desierto de la vida, haciéndolas correr hasta los extremos del mundo por regiones inaccesibles, en las que únicamente ha podido penetrar el celo del misionero. Así como en el Paraíso Terr

CORPUS CHRISTI. MARAVILLAS DE LA EUCARISTÍA

  Nada en la religión es tan sublime como el sacrificio. Por este medio Dios es honrado con más perfección que pudiera serlo con las más ricas dádivas. Porque sacrificarse es anonadarse, es inmolarse, es destruirse, y no se puede ir más allá. -El dominio de Dios es absoluto, es infinito; por lo tanto, el agradecimiento que exigen de nosotros sus beneficios y la expiación que reclaman nuestras culpas están tan por encima de nuestras fuerzas, que aunque todo el género humano se inmolara a cada instante, no sería suficiente ni para pagar una mínima parte de cuanto debemos al Señor. Pero tenemos el consuelo de que una Víctima augusta se inmole en nuestro lugar, Víctima excelente sobre toda ponderación . Esta Víctima, según su humanidad, se sacrifica, según su divinidad da al sacrificio un valor infinito, siendo, gracias a él, pagadas nuestras deudas y rendidos a Dios dignísimamente nuestros homenajes de gratitud y de sumisión. Y ¿en dónde se realizan tales prodigios? ¿Es acaso en el cielo

15 DE JUNIO. ¡QUE ELLOS SEAN UNA MISMA COSA!

La Santísima Trinidad es el modelo  de la unidad ,  del amor mutuo. La vida de las tres divinas Personas es una vida de substancial comunidad. No obstante su distinción, las tres Personas son una misma cosa, tanto en su naturaleza como en su entendimiento, en su inteligencia y en su amor. No existe aquí ningún  yo  solitario, ningún pensar solo en sí mismo, ningún vivir solo par sí. En el seno de la santísima Trinidad existe la más absoluta intimidad, la más perfecta conformidad y compenetración entre las tres divinas Personas. “Como tú, Padre, estás en mí y yo en ti.” Esta sublime vida de la unidad en la pluralidad y de la pluralidad en la unidad debe constituir el verdadero modelo de la vida de la Iglesia, de la comunidad cristiana, de la familia y de las corporaciones religiosas. Tal es, por lo menos, el anhelo más cordial y vehemente del Salvador. Esto es lo que Él pidió al Padre en su solemne Oración de Supremo Pontífice: “¡Que todos ellos sean una misma cosa!” ¿De qué modo? “como

14 DE JUNIO. ¡SED MISERICORDIOSOS!

  “Sed misericordiosos,  como también vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis (sin caridad), y tampoco seréis juzgados. No condenéis, y no seréis condenados. Perdonad, y seréis perdonados.” “Como también vuestro Padre es misericordioso.” ¿Qué es la Encarnación del Hijo de Dios, sino una obra del amor misericordioso del Padre? “¡Tanto amó Dios al mundo!”  (Jh. 3, 16).  Y, cuando el Padre ordena a su Hijo que se encarne y se inmole por nosotros, para saldar la deuda contraída por nuestros pecados: ¿Qué otra cosa hace con esta orden, sino demostrarnos su inmenso y compasivo amor, que no perdona ni a su propio Hijo, a trueque de salvar al esclavo? ¡Amor misericordioso de Dios! ¡Con cuánta frecuencia hemos quebrantado, después del Bautismo, nuestra fidelidad a Dios! ¡Con qué facilidad hemos ofendido, despreciado y pospuesto a cualquier liviano y pecaminoso placer! Si Él quisiera, habría más de mil motivos para que nos abandonase y nos alejase para siempre de sí. Sin embargo, se compade

13 DE JUNIO. DIOS ES AMOR

“El que no ama, no conoce a Dios: porque Dios es amor. Dios nos ha demostrado su amor hacia nosotros enviando al mundo a su Hijo Unigénito, para que por Él vivamos nosotros. El amor está, no en que nosotros hayamos amado primero a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Nosotros hemos conocido y creído en el amor que Dios nos tiene. Dios es amor. El que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él. La perfección de nuestro amor a Dios consiste en esperar con tranquilidad el día del juicio. Esa tranquilidad será la mejor señal de que ya vivimos en este mundo como vive el mismo Dios.” Dios es amor. Nosotros poseemos el amor. El amor nos hace semejantes a Dios. Ahora bien: si somos, ya en esta vida, semejantes al Juez, mal podremos temer el ser condenados y rechazados por Él en el día del juicio, en la hora de la muerte. Esta confianza nos la da el amor. “En el amor no existe el temor. La caridad perfecta arroja fuera t

SÁBADO DE PENTECOSTÉS. DON DE PIEDAD

Hemos de considerar a nuestros prójimos por respeto a Dios, ya que son imágenes vivientes, ya que fueron creados por él a su semejanza. Tal sentimiento nos lo infunde el alma el don de Piedad, que nos llena de benevolencia y amor hacia todos los hombres, no porque sean creados por el Padre celestial, sino porque son sus amigos e hijos, hermanos de Jesús, Rey de la Gloria. Revestidos con la librea de Cristo en el Bautismo, alimentados de su Cuerpo sacratísimo, que se nos da en la divina Eucaristía, participan de sus grandezas y méritos y están destinados a gozar con él en su reino por toda la eternidad. si nos hiciéramos con frecuencia estas consideraciones, ¡de qué sentimientos de amor hacia el prójimo se llenaría nuestro corazón! El don de Piedad trae a la imaginación semejantes pensamientos, de los que pueden recogerse hermosos frutos de BONDAD, de BENIGNIDAD y de MANSEDUMBRE. Se cuentan entre estos frutos las obras de MISERICORDIA, tanto espirituales como temporales, que Jesús recom

VIERNES DE PENTECOSTÉS. EL DON DE FORTALEZA

  Antes de subir a los cielos el Señor, dijo a LOS APÓSTOLES. "Permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de la fortaleza de lo alto (Lucas 24, 49) ." Con estas palabras les prometió el don que les hizo vencer los obstáculos que se oponían a la difusión del Evangelio y convertir al mundo a pesar de la oposición de los hombres y del demonio. -Este don de Fortaleza ¡que EFECTOS tan sorprendentes obra también EN NOSOTROS. Según San Gregorio, nos hace vencer la carne, resistir a la voluptuosidad, despreciar los placeres de la vida, en contra de las energías naturales de los pecadores, que los llevan a satisfacer sus pasiones y a pervertir a las almas. Los buenos no se apoyan jamás en sí mismos, como hacen los malos, sino que buscan siempre su apoyo en Dios por medio de la ORACIÓN y de la CONFIANZA. Y cuando demuestran su energía no es cuando se trata de satisfacer sus gustos, sino únicamente cuando se trata de cumplir con el DEBER. Añade San Gregorio que no existe NADA MÁ

JUEVES DE PENTECOSTÉS. EL ESPÍRITU DE CRISTO

  El espíritu propio , el espíritu humano, piensa, juzga y valora de un modo puramente humano, natural, terreno. Juzga dichosos a los que poseen riquezas y las gozan; tiene por grandes a los sabios terrenos, a los que honran y aprecian los hombres, a los que tienen un puesto o una dignidad, a los que poseen poder e influjo. Este espíritu se busca a sí mismo en todo y tiene la habilidad de aprovecharse de todas las cosas y sucesos para realizar sus intenciones, para cumplir su gusto. Juega un importante papel en la vida de las personas piadosas y espirituales. Bajo el pretexto de servir a Dios, se busca sobre todo a sí mismo, su natural satisfacción, su propio gusto, su propia honra. En las cosas de la virtud se alía con la prudencia de la carne y predica la moderación, el punto medio. Es una de las principales causas de la tibieza espiritual y una fuente fecunda de discordias y querellas, de frialdad para con el prójimo, de envidia, de excesiva preocupación por el buen nombre. Impide l

MIÉRCOES DE LAS CUATRO TEMPORAS DE PENTECOSTÉS. LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO.

  La profecía de Joel se realiza en Pentecostés y en la vida de la Iglesia de Cristo. "Y sucederá que, en los últimos días (es decir, en los días del Nuevo Testamento), derramaré mi Espíritu sobre toda carne. También derramaré, en  aquellos días, mi Espíritu sobre mis siervos y siervas, y profetizarán. Haré (en los últimos días) prodigios arriba, en el cielo, y milagros abajo, en la tierra. El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que aparezca el grande y luminoso día del Señor. Todo el que invoque entonces el nombre del Señor, se salvará" (Profecía primera) . En Pentecostés Dios derramó su Espíritu sobre la Iglesia y sigue derramándolo constantemente, a través de todos los siglos. Visiblemente: en los milagros que jalonan toda la ruta de la Iglesia, desde sus origines hasta hoy. De esta acción visible del Espíritu Santo en la Iglesia nos habla la segunda Profecía. Dice así. "En aquellos días, los Apóstoles hacían muchos prodigios y milagros entre el

Martes Pentecostés La vida sobreabundante

  "He venido, para que tengan vida y la tengan en abundancia. Los Apóstoles se enteran de que Samaría ha abrazado el Evangelio. Y se apresuran a implorar para los bautizados el Espíritu Santo. Envían a Samaría a Pedro y a Juan. Ambos Apóstoles oran por los bautizados. "Les imponen las manos y reciben el Espíritu Santo".  El sacramento del santo Bautismo exige, como su normal complemento, el sacramento de la santa Confirmación. La nueva vida, que se da en el sacramento del nuevo Nacimiento, precisa ser afirmada, robustecida y completada por el sacramento del Espíritu, de la santa Confirmación. Es preciso que alcance aquella indomable y suave robustez y fortaleza, que no es precisamente la fuerza muscular del atleta, ni tampoco la violencia de la pasión o del espíritu humano, sino la tranquila, harmoniosa y omnipotente fuerza de una convicción, de una mentalidad formada divinamente. El alma llamada y equipada, en el sacramento de la santa Confirmación, para el heroísmo cri

4 DE JUNIO. VIGILIA DE PENTECOSTÉS.

"El Espíritu Santo permanecerá con vosotros y estará en vosotros". "El mundo no puede recibirlo. No lo ve, ni lo conoce". Pero morará, vivirá y obrará en vosotros, que habéis sido incorporados a Cristo. "El que me ama a mí, será amado por mi Padre y yo también le amaré". ¿Con qué amor? Con el mismo amor, que une al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, en el seno de la beatísima Trinidad. Este amor es el mismo Espíritu Santo. Los cristianos podemos gloriarnos de que el Amor, con que nos aman el Padre y el Hijo y con que nosotros amamos al Padre y al Hijo, es Dios. "Dios es Amor". El Espíritu Santo, el Amor de Dios es quien sella y completa la eterna y substancial unión del Padre con el Hijo. El Espíritu Santo, que es el mismo Amor de Dios en sí, es quien une también a Cristo con nosotros, a la Cabeza con los miembros, para que ambos vivan, obren, oren, sufran, amen y adoren al Padre juntamente, inseparablemente. Mediante su maravillosa venida a nos

3 DE JUNIO. DISPOSICIONES PARA CELEBRAR LA FIESTA DE PENTECOSTÉS.

  Antes de la venida del Mesías, los hombres alejados de Dios no querían obedecerle, y lejos de buscarle huían de él y se iban hacia las criaturas. El Señor, en vez de castigarlos, quiso ganarse sus corazones por medio del AMOR. "Yo los atraeré a mí con vínculos propios de hombres, con los vínculos de la caridad (Oseas 11, 4) ." Y efectivamente fueron esos vínculos sagrados, es decir, la Encarnación, la Redención, la Iglesia, la divina Eucaristía, la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, lo que, convirtiendo al mundo, llevaron las almas a Dios. Este fue el MEJOR MEDIO que pudo el Señor escoger, porque la caridad que es, según dice el Apóstol, "vínculo de la perfección", nos desprende de la tierra y de nosotros mismos, hace que vayamos subiendo en grados de virtud hasta elevarnos a la más estrecha unión con el Bien soberano. ¿Quién no querría dejarse encadenar por el amor, por esa dulce cadena que produce en nosotros tales efectos? Las ligaduras del mundo so

2 DE JUNIO. SURSUM CORDA!

¡  Habitemos en el cielo con nuestro espíritu! ¡Estemos enraizados en el mundo del más allá, de lo supratemporal! Vivamos allí en donde está Cristo, el glorioso, nuestra Cabeza, nuestro camino y modelo, la verdad. Traigamos de allí nuestros pensamientos, juicios, intenciones, motivos e impulsos. Coloquemos allí nuestras esperanzas, nuestros anhelos. ¡Preocupémonos y cuidémonos de aquello, que está arriba, que viene de allí! "Sursum corda!" ¡Miremos y valoremos los sucesos, los obstáculos, las eventualidades, los hombres, los trabajos, los deberes y los dolores a la luz del más allá, de la eternidad, de Dios y del Señor glorioso! Habitar en el cielo significa aceptar con gusto aquí en la tierra, por amor de Dios y de Cristo, lo que se oponga a nuestros designios. Más aún: convertirlo en nuestro mayor bien. significa recibir las calumnias e injusticias a imitación y con el espíritu de Aquel, que fue condenado a muerte injustamente y ejecutado del modo más escandaloso y a quien

1 DE JUNIO. EL DON DE LA SABIDURÍA

  El don de Sabiduría nos hace juzgar rectamente de las cosas divinas, haciéndonos gustar al mismo tiempo su dulzura más SUAVE que todas las suavidades. El alma enriquecida con tan precioso don siente tan gran placer al amar a Dios y a su divino Hijo, que puede exclamar a la par que San Bernardo: "Confieso que un libro carecería de atractivo para mí, y que una conversación no podría gustarme sino encontrara en ambos el nombre de Jesús; porque este nombre es miel para la boca, melodía para los oídos y canto de alegría para el corazón." San Agustín y muchos santos penitentes, en vez de añorar las voluptuosidades del siglo, gozaban más al llorar sus pecados que los hombres mundanos en medio de los placeres vanos de los sentidos. El don de Sabiduría comunica tal suavidad al amor divino, que nos hace dulce y agradable la PRÁCTICA DE LAS VIRTUDES. Por eso leemos en la Imitación de Cristo: "El que ama vuela, corre y se alegra, Es libre, nada le impide y retiene. El amor no sien