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Mostrando entradas de mayo, 2021

1 DE JUNIO

LA ADOPCIÓN DIVINA Asegura el apóstol San Pablo "que Dios mismo nos escogió ANTES DE LA CREACIÓN del mundo para ser santos y sin mácula en su presencia por la caridad; habiéndonos predestinado al ser de hijos suyos adoptivos, por Jesucristo a gloria suya, por un puro efecto de su buena voluntad (Efes. 1, 4-5) ". Y añade estas palabras: "No habéis recibido el espíritu de servidumbre para obrar todavía solamente por temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción de hijos, en virtud del cual clamamos con toda confianza: ABBA , esto es, ¡Padre mío! Y con razón, porque el mismo Espíritu de Dios está dando testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios (Rom. 8, 15-16) ." Esta gracia infinitamente preciosa de la adopción divina obra en nosotros TRES GRANDES EFECTOS: el primero es el de hacernos participar de la grandeza, de la sabiduría, de la santidad y de la misma NATURALEZA del Padre. El segundo es el de comunicarnos el Espíritu Santo, el cual vive en

31 DE MAYO

  NUESTRA ALMA, IMAGEN DE LA TRINIDAD El alma se asemeja a Dios, sobre todo, por gracia. Porque el alma por la gracia habitual o SANTIFICANTE, recibe, por decirlo así, un nuevo ser, ser accidental, puesto que puede perderlo sin perecer ella, pero ser de un orden infinitamente superior al primero, ser sobrenatural, es decir, ser colocado por encima de toda naturaleza creada, incluso por encima de los mismos ángeles. Privilegio tan maravilloso hace que nuestra alma se eleve a la altura de Dios. La FE, que procede de esta gracia, más sublime aún que el brillo de los más grandes genios, diviniza en cierto modo nuestra inteligencia al hacernos conocer los misterios de Dios, como él los conoce. Es como la inteligencia del Creador unida a nuestra razón. -¡Cuánto ennoblece también el Señor la voluntad! Le comunica el horror al mal y el AMOR del bien tal como él mismo los siente. La hace participar por analogía o semejanza de su mismo SER DIVINO o de su  divinidad, lo cual es para nosotros, dic

JUEVES DE PENTECOSTÉS

  EL DON DE TEMOR DE DIOS Según Santo Tomás, el don de Temor produce el temor de perder a Dios o de separarse de él por el pecado. El pensamiento de Dios, de su majestad, de su justicia, de su santidad, el recordar siempre con respeto su DIVINA PRESENCIA, habrán de producir de un modo natural en nosotros un santo temor filial de ofenderle. Y así como nadie sería capaz de violar un precepto, de no cumplir una real orden estando en la presencia del príncipe que la promulgó, tampoco podríamos atrevernos, si fuéramos temerosos de Dios, a ofenderle directamente o a pecar al alcance de sus miradas divinas. Aquellos infames ancianos que tentaron a la casta Susana "desviaron sus ojos para no mirar al cielo y para no acordarse de sus justos juicios (Daniel 13, 9) ". La casta heroína, por el contrario, respondió a los despreciables seductores: "Mejor es para mí caer en vuestras manos sin haber hecho tal cosa, que pecar en la presencia del Señor (Daniel 13, 23) ", teniendo más

MIÉRCOLES DE PENTECOSTÉS

  DONES DEL ESPÍRITU SANTO Los dones del Espíritu Santo dimanan en cierto modo de la gracia santificante, y se conceden en relación a ella, aumentan en nuestros corazones con la divina amistad y a medida DEL AMOR que profesamos a Dios. Según San Francisco de Sales, los dones del Espíritu Santo son, por decirlo así, propiedades del amor divino. ¿Qué es la Sabiduría sino el amor que nos ayuda a conocer a Dios y a gustar de él? ¿Qué la inteligencia sino una llama luminosa que nos ilumina acerca de las bellezas de la fe y de los misterios de la religión? Y la Ciencia es el amor que tiende siempre a elevarnos al Creador por medio de las criaturas; el Consejo es la discreta y amable caridad que nos proporciona los mejores medios de unirnos al Señor, cumpliendo en todo su divina voluntad. La Fuerza es también AMOR, que, semejante a la muerte, rompe todos los lazos y derriba todos los obstáculos para unirnos al Bien supremo; así como la Piedad también lo es, porque la Piedad es amor filial hac

MARTES DE PENTECOSTÉS

  PETICIONES AL ESPÍRITU SANTO Las almas que trabajan por purificarse y desprenderse de lo terreno tienen buen espíritu. Las manchas que caen en el alma son mucho más difíciles de borrar que las que caen en el cuerpo. Estas desaparecen fácilmente por efecto del agua; en cambio, ni un diluvio de sangre humana podría limpiar las MANCHAS DEL PECADO, manchas que únicamente pueden quitar los méritos infinitos de la sangre de Cristo, aplicados a nuestras almas por el Espíritu Santo. Y no pensemos que por haber lavado nuestros pecados en el sacramento de la Penitencia no nos queda ya nada que expiar o en esta vida o en la otra. No olvidemos nunca las inclinaciones al mal que en nosotros quedan después de cometido el pecado, aun después de confesado, ni de que caminamos en tinieblas ni de nuestras flaquezas.Por eso leemos en la Escritura: "Del pecado perdonado no quieras estar sin temor; ni añadas pecados a pecados (Eclesiástico 5, 5) ." Y el rey David no cesaba de exclamar: "Te

VIGILIA DE PENTECOSTÉS

  MARÍA Y EL ESPÍRITU SANTO Cuando María fue elevada por el Espíritu de Amor a la mayor santidad, con la altísima dignidad de Madre de Dios, y al ser también Madre nuestra recibió abundantes gracias PARA CRIAR a sus hijos espirituales y poderlos formar a semejanza de Jesús, nuestro divino Modelo. María puso de manifiesto este privilegio cuando por su palabra y presencia infundió a su prima Isabel el don de profecía y santificó el alma de Juan Bautista. Porque entonces, como en todas las circunstancias de su vida, la veremos intervenir en cuanto se refiere a dispensar a las almas los beneficios de la Redención. El día de Pentecostés, el Espíritu Santo descendería primeramente sobre María y luego sobre los Apóstoles. "Vino de pronto un ruido del cielo, como de viento impetuoso, llenando toda la casa en donde estaban. Y aparecieron unas como lenguas de fuego que se repartieron y pusieron sobre cada uno de ellos (Hechos 2, 1-3). " Recibieron entonces los Apóstoles las gracias nec

VIERNES ANTES DE PENTECOSTÉS

  DISPOSICIONES PARA CELEBRAR ESTA FIESTA EL ESTADO DE GRACIA es condición precisa para recibir al Espíritu Santo. "Si me amáis, dijo el Señor, observad mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y os dan otro Consolador y abogado para que esté con vosotros. Luego el Espíritu Santo habita en el alma que desea su venida y que le atrae a sí con piadosos afectos, aun no poseyendo en alto grado la gracia santificante. El Espíritu divino derrama sus dones sobre quien le busca en el retiro. La Escritura alaba al alma que, semejante a la tórtola, se esconde lejos del mundo, y en soledad y recogimiento se hace más dócil a la voz del Espíritu Santo y a sus insinuaciones y no sabe resistirse a sus atractivos divinos. En el desierto formó el Espíritu de Dios a los profetas e hizo de Juan Bautista una antorcha llameante. En el retiro del Cenáculo los Apóstoles se convirtieron en hombres nuevos. Los santos decían que nada existía en la tierra para ellos mejor que la soledad y el recogimiento, porq

JUEVES ANTES DE PENTECOSTÉS

  CÓMO DISPONERNOS A CELEBRAR ESTA FIESTA Jesús dijo a sus Apóstoles: "Os conviene que yo me vaya; porque si yo no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros (Juan 16, 7) ." Según San Bernardo, el divino Maestro NOS ENSEÑA con estas palabras a no mezclar las vanidades con la verdad, los bienes pasajeros con los bienes eternos, las cosas materiales con las espirituales y las bajas con las elevadas, queriendo gustar al mismo tiempo lo terreno y lo celestial. Es decir, que el Salvador nos hace entender que el DESPRENDIMIENTO es condición necesaria para recibir al Espíritu Santo. Jesús quería que sus discípulos le amaran de una manera más sobrenatural; así habremos de amarle también nosotros. Él nos enseña que, para recibir al Espíritu Santo, tenemos que estar desprendidos hasta de los consuelos de la devoción sensible, a fin de poseer ese Espíritu Santo con sus dones, sus gracias y su amor. Y, como lo hicieron los Apóstoles, procuremos recogernos estos días en SOLEDAD. Ellos, cu

MARTES ANTES DE PENTECOSTÉS

  EL DON DE SABIDURÍA Para recibir el precioso don de Inteligencia debemos disponernos a ello con ayuda de la FE PRÁCTICA. "Creed decía San Agustín, y mereceréis comprender." Y el profeta Isaías dijo: "Si no creyereis, tampoco tendréis estabilidad (Isaías 7,9)." Al ejercitarnos en la fe nos sometemos a Dios, y con esta fe práctica mereceremos ser iluminados por luces celestiales  que casi nos harán patentes los más oscuros misterios. Donde más se fortifica la fe es en la oración, que nos pone en comunicación con Jesús. Santo Tomás aseguraba que había recibido la inteligencia de las verdades reveladas, mucho más en la ORACIÓN que en el estudio. Y lo mismo pudo decir San Buenaventura. Muchos fueron los santos iletrados, que pudieron, gracias a la meditación, adentrarse profundamente en los misterios de la fe más que sapientísimos teólogos a fuerza de grandes trabajos. Si deseamos obtener el don de Inteligencia, esforcémonos en obrar siempre con miras sobrenaturales y

LUNES ANTES DE PENTECOSTÉS

  EL DON DE CIENCIA Sin el don de Ciencia, los conocimientos humanos sirven a veces para enorgullecer y ensoberbecer a los hombres. Por eso dijo San Pablo: "La ciencia por sí sola hincha." Los demonios son mucho más sabios que nosotros, y, sin embargo, son malditos de Dios. ¡Cuántos soberbios filósofos murieron en la impiedad! Pero la ciencia sobrenatural nos preservará de tan terrible desgracia, al comunicarnos el CONOCIMIENTO DE NOSOTROS MISMOS. Por muy inteligentes que fuesen los santos, nunca jamás se olvidaban de su propia nada, atribuyendo siempre a Dios la gloria de sus talentos, elocuencia y virtudes. Y fue el Espíritu Santo, por medio de la ciencia infusa que les había comunicado, quien les enseñó a humillarse de semejante manera. La humildad, dice San Lorenzo Justiniano, ilumina al alma, haciéndole ver y sentir TODAS SUS MISERIAS, infundiendo en ella al mismo tiempo la ciencia verdadera, que consiste en el conocimiento de que Dios lo es todo y nosotros nada. La humi

SEXTO DOMINGO DESPUÉS DE PASCUA

  EL DON DE CONSEJO Todos recibimos el día de nuestro Bautismo el don de Consejo; pero para aumentarlo y perfeccionarlo no nos contentemos con pedírselo a Dios; cumplamos además ciertas condiciones precisas para ello. La primera consiste en RENUNCIAR a las aficiones que roban la tranquilidad al alma y no la dejan juzgar las cosas como son: Los santos cumplieron siempre esta condición. San Francisco de Sales hizo consigo mismo un pacto, que no le permitía hablar una sola palabra en los momentos en que su corazón se sentía emocionado, pues pensaba, y no sin motivo, que bajo la impresión de la cólera o la impaciencia no es posible hablar con sabiduría ni dar un buen consejo sin calmarse primero y sustraerse a la influencia de la pasión. Porque la pasión es como nube que nos encubre la verdad; en cambio, la paz interior nos dispone a la reflexión y a la oración y nos hace obrar conforme a los principios de la razón y de la fe. Otra condición muy necesaria para ser iluminados en los casos d

SÁBADO DESPUÉS DE ASCENSIÓN

  LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO Los dones del Espíritu Santo que perfeccionan la voluntad no son sino fuerza sobrenatural que infunde en nuestra alma ese Espíritu divino y que puede aplicarse a diversos objetos. Así, la PIEDAD es un firme y sincero sentimiento que nos lleva a dar a Dios el amor y el culto que le son debidos, ya sea en sí mismo, ya sea en sus imágenes que le representan. El TEMOR DE DIOS es un profundo respeto hacia la Majestad divina y un santo horror hacia todo aquello que puede ofenderle. La FORTALEZA es un don que nos hace obrar y sufrir noblemente, sin inconstancia y sin debilidades, a impulsos de la fe. Durante el tiempo de la Pasión de Nuestro Señor fueron LOS APÓSTOLES  hombres tímidos y cobardes. Pero apenas bajó sobre ellos el Espíritu Santo, ¡qué cambio tan radical el suyo! Se hicieron hombres valientes y atrevidos. Lo mismo aconteció con los primeros cristianos, quienes, fortalecidos por el Espíritu Santo, supieron padecer con valor heroico los más crueles su

VIERNES DESPUÉS DE LA ASCENSIÓN

  NOVENA AL ESPÍRITU SANTO Procuremos empaparnos en los mismos sentimientos de los Apóstoles, cuando se preparaban en el Cenáculo para recibir el Espíritu Santo. Con qué profunda humildad recordaban su pasada ignorancia, su cobardía durante la Pasión del Señor y la falta de fe que Jesús hubo de reprocharles después de su Resurrección. ¡Cuántos motivos tenemos también nosotros para HUMILLARNOS profundísimamente! No solamente podemos decir con la Iglesia: "¡Oh Espíritu Santo, sin ti nada esté manchado!", sino que además podemos añadir a estas palabras nuestros pecados, faltas e imperfecciones, lo mucho que tenemos que reprocharnos y cuantos motivos tenemos para avergonzarnos. ¡Cuántas veces nos hemos resistido y sido infieles a las gracias del Espíritu Santo, cuántas hemos sido cobardes en su divino servicio, cuántas nos hemos olvidado de su presencia santísima y de los inmensos beneficios de que ha querido colmarnos! ¡Qué mal hemos correspondido a su amor y cómo deberíamos pro

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

MISTERIO DEL DÍA ¡Qué desprendidos de lo terrenal debiéramos sentirnos al pensar que Jesús dejó el mundo para remontarse a los cielos! El Redentor, que debiera ser el único objeto de nuestras ilusiones, de nuestro amor, alzó el vuelo hacia la patria celestial. Por tanto, ¿cómo es posible que nosotros sigamos tan apegados al triste destierro de la vida?, ¿cómo es posible que la amemos si mientras estamos en el mundo nos vemos rodeados de peligros por todas partes? Vivamos como extranjeros en la tierra, como viajeros que quieren terminar pronto su jornada, para acabar con ella el viaje y reunirse con los suyos. Siguiendo el ejemplo de San Pablo, pensemos que todo lo terreno es como un poco de barro, y aspiremos únicamente a la posesión del sumo Bien. Pero no es suficiente que sintamos de esta manera; tenemos que poner en práctica lo que sentimos para así llegar a adquirir la verdadera y sólida virtud. No nos creamos jamás fuera de peligro por recitar diariamente algunas oraciones, o por

MIÉRCOLES DE ROGATIVAS

  PETICIÓN DE UN CORAZÓN CONTRITO Después que el rey Saúl hubo pecado contra Dios por doblez y desobediencia, el Señor le desechó y le arrojó de su PRESENCIA. Y el Espíritu Santo, que hasta entonces le había dirigido, se retiró de él y le abandonó al espíritu del mal. No es de extrañar, por tanto, que habiendo sucedido esto, el rey David, después de su pecado, temira ser castigado por Dios de la misma manera y exclamara lleno de compunción: "No me arrojes de tu presencia ni retires de mí tu Espíritu (Salmo 50, 13)." La presencia de Dios, la Faz de Dios, es el VERBO DIVINO, imagen de su substancia y en quien se encuentran reunidos todos los bienes. Ser arrojado de su presencia, es verse privado de los méritos de Jesús, como participan de ellos quienes le sirven y le aman. Y ser abandonados por el ESPÍRITU SANTO es no sentir ya los efectos de su presencia divina dentro de nuestra alma, no recibir de él ni inspiraciones particulares, ni gracias de santificación, como las que con

MARTES DE ROGATIVAS

LA ORACIÓN DOMINICAL El Señor nos propone los dos fines que debemos alcanzar, su gloria y nuestra salvación. También nos hace pedir los medios necesarios para lograrlos; consisten éstos en el cumplimiento exacto de todas nuestra obligaciones y en las fuerzas necesarias para cumplirlas. Estos DEBERES, cualesquiera que sean, se encierran en la VOLUNTAD DIVINA, voluntad que habremos de cumplir aquí en la tierra, de la misma manera que la cumplen en el cielo los ángeles y los santos, es decir, del modo más perfecto. Pero como no podríamos cumplir tales deberes sin el ALIMENTO espiritual y corporal que tanto necesitamos, Jesús nos lo hace pedir bajo el nombre de pan, nombre que a la vez comprende la gracia actual, la divina Eucaristía y el alimento corporal. Pero a pesar de nuestra buena voluntad, ¡cuántos obstáculos se oponen a que adelantemos en la virtud! Los pecados que en el PASADO cometimos no permiten al alma ir a Dios con facilidad. AHORA nos preocupan las tentaciones, y a veces nos

LUNES DE ROGATIVAS

  POR QUIÉNES DEBEMOS REZAR Como la oración es el medio universal de obtener toda clase de bienes, lo mismo podemos rogar por nuestro bien que por el de NUESTROS HERMANOS. "orad los unos por los otros para que seáis salvos", decía el apóstol Santiago a los primeros cristianos (Santiago 5, 16) ; y San Pablo, en la primera Epístola a Timoteo, dice: "Recomiendo, pues, ante todas las cosas, que se hagan súplicas, oraciones, rogativas, acciones de gracias POR TODOS los hombres: por los reyes y por todos los CONSTITUÍDOS en ALTOS PUESTOS,  a fin de que tengamos vida quieta y tranquila en el ejercicio de toda piedad y honestidad." "Esta, añade, es una práctica buena y agradable a los ojos de Dios, Salvador nuestro, el cual quiere que todos los hombres se salven y vengan en conocimiento de la verdad (1 Tim. 2, 3-4) ." Es, además, la oración por el prójimo un acto de caridad, que nos será premiado en el cielo con recompensa sin medida ni fin. También nos exhorta Sa

QUINTO DOMINGO DE PASCUA

  LA ORACIÓN Para que la oración sea eficaz habrá de ser humilde ante todo. "Toda la ciencia del alma, dice San Agustín consiste en conocer prácticamente que no somos nada y que nada podemos." Porque el alma que se conoce así sabrá invocar a Dios de todo corazón,y Dios no despreciará su oración. "Invócame desde el abismo de tu miseria, y yo te escucharé benigno", dice el Señor (Jeremías 33, 3) . Siempre que empecemos nuestra oración hemos de humillarnos profundamente, recordando también estas otras palabras del Espíritu Santo: "La oración del humilde o afligido traspasará las nubes y no reposará hasta acercarse al Altísimo; del cual no se apartará hasta tanto que incline hacia él los ojos (Eccle. 35, 21) La oración humilde es, por tanto, una oración CONFIADA, porque sabe que Dios es nuestro Padre y Padre de misericordias, que no puede permanecer insensible ante la miseria de los hijos que le piden el pan de cada día. este pan no es solo el que habrá de alimenta

SÁBADO DE LA CUARTA SEMANA DESPUÉS DE PASCUA

LA FIDELIDAD A LA GRACIA DIVINA La gracia habitual o santificante, que es la vida sobrenatural del alma, deberá estar sostenida en nosotros por la GRACIA ACTUAL. Esta es a la vez: 1º una luz que ilumina el entendimiento, haciéndole ver el bien y enseñándoselo a apreciar; 2º una fuerza o ardor especial, que lleva la voluntad hacia la virtud y se la hace amar y practicar. El ser dócil a esta luz y a este ardor se llama fidelidad a la gracia. Esta gracia o socorro divino es absolutamente INDISPENSABLE para llegar a alcanzar la perfección. Como el aire nos es necesario para respirar y, por tanto, para vivir, así es necesaria la gracia para la vida de nuestra alma. Sin esta gracia como dice el Apóstol, no podríamos tener ni un pensamiento meritorio para el cielo, y menos aun querer y obrar el bien provechosamente ante los ojos de Dios. como una planta no podría convertirse en ser razonable ni obrar libremente, a menos que le fuese otorgada la razón y el libre albedrío, así tampoco podría nu

VIERNES DE LA CUARTA SEMANA DESPUÉS DE PASCUA

LA VERDADERA SANTIDAD La verdadera santidad puede adquirirse por medio de la oración y de la paciencia. LA ORACIÓN nos pone comunicación con Dios y atrae sobre nosotros sus luces y sus gracias divinas. De la misma manera que la rama, unida al tronco del árbol, recibe abundante savia y produce flores y frutos, así el alma, unida a Dios por la oración y la meditación, recibe de él los socorros que necesita para alimentarse espiritualmente y da flores de buenos deseos y frutos de virtudes. Además, gracias a la oración aprendemos a vigilarnos a nosotros mismos y vivimos atentos y fieles a las divinas inspiraciones; por eso las almas verdaderamente piadosas hacen tantos progresos en la humildad, la abnegación, la obediencia, la mansedumbre y las demás virtudes. Sin embargo, con la oración únicamente no podríamos llegar a santificarnos por completo. Hay que pasar además por la prueba de la PACIENCIA, pues como dice el apóstol Santiago: "La paciencia perfecciona la obra." (Santiago

JUEVES DE LA CUARTA SEMANA DE PASCUA

CONSTANCIA EN EL BIEN Es propio de la virtud, dice Santo Tomás, obrar con fuerza y constancia. Y el mejor medio para llegar a ser constantes es el procurar, mediante la fe y la oración, que las verdades de la salvación ARRAIGEN en nuestras almas. Cuando se obra únicamente a impulsos del sentimiento, está uno expuesto a la inconstancia. No ocurre lo propio cuando se obra por principios de razón y de fe. Y cuanto más hondas raíces tengan estos principios en nuestra alma, más seguros estaremos de que no habrá mudanza en nosotros. Mas ¿qué verdades entre las reveladas debemos escoger con preferencia? Evidentemente, las que mejor ARMONIZAN con nuestros deberes y nos apartan de los peligros que corremos y dicen bien con la condición de nuestro espíritu, de nuestro carácter, aquellas, en una palabra, que despierten en nosotros más saludables impresiones de horror al pecado y amor a la virtud. Estas verdades las deberemos MEDITAR todas las mañanas, repasarlas durante el día y hacer de ellas la

MIÉRCOLES DE LA CUARTA SEMANA DE PASCUA

  EL DESALIENTO Para combatir mal tan funesto, recordemos que en la milicia del mundo la cobardía es una VERGÜENZA; ¡cuánto más en la milicia de Dios! Somos soldados de Cristo, llamamos a continua lucha; ¿no seremos valerosos y esforzados? Es verdad que son muchos nuestros enemigos, pero fueron ya VENCIDOS en el Calvario por la Cruz de nuestro divino Redentor. Además, Jesús está siempre con nosotros, Jesús, Rey de la gloria; y también luchan a nuestro lado María, la Reina de los Cielos y millones de ángeles y de santos. ¿Por qué asustarnos tanto? Sobre todo, ¿por qué desfallecer? El desaliento ya hemos dicho que de nada vale; en vez de aminorar nuestros males, los aumenta. La ORACIÓN y la CONFIANZA todo lo pueden, en cambio. El alma que se deja llevar del pesimismo, se dice a sí misma: "Aunque rece, Dios parece no oírme, porque no me concede lo que le pido; siempre las mismas luchas, siempre las mismas dificultades." Pero la fe responde: "Estas pruebas, estas luchas, est

MARTES DE LA CUARTA SEMANA DE PASCUA

  CONSUELOS ESPIRITUALES Siendo los consuelos divinos buenos en si mismos, no hay que despreciarlos ni desecharlos, sino usar de ellos con DISCERNIMIENTO. No nos envanezcamos como si ya hubiéramos llegado a la cima de la perfección. Persuadámonos, por el contrario, que estamos aún lejos de llegar a ella, puesto que el Señor nos trata con tantos miramientos. La verdadera santidad se adquiere a fuerza de rudos combates, de numerosas victorias y de penosas pruebas, soportadas con paciencia. Santa Teresa no dejaba de humillarse y aprovecharse de los favores divinos recibidos y decía: "Mientras más vemos estamos ricos, sobre conocer somos pobres, más aprovechamiento nos viene, y aún más verdadera humildad." Procuremos sean éstos también nuestros sentimientos siempre que el Señor nos envíe sus divinos consuelos. Como estos consuelos no son sino MEDIOS para llegar a Dios, no debemos detenernos en ellos como si fueran nuestro fin, ni turbarnos cuando nos falten, porque siempre nos qu

LUNES DE LA CUARTA SEMANA DE PASCUA

  ARIDEZ ESPIRITUAL Cuando Dios prueba a un alma fervorosa por medio de la aridez espiritual deberá RESIGNARSE, esforzándose al mismo tiempo en cumplir lo mejor que pueda sus devociones, por mucho que le cuesten y sin omitir una sola. Uniéndose en espíritu a Jesús crucificado, convencida de que le será mucho más útil la prueba que la devoción sensible, pida al Señor que le conceda paciencia y perseverancia. El alma probada por Dios de esta manera deberá procurar también distraerse variando de lecturas y con moderados entretenimientos, pero siendo siempre su propósito principal buscar a Dios en todas las cosas. En cuanto a aquellos que por su habitual cobardía son más o menos culpables de tibieza y del aburrimiento que sienten en cuanto se trata de ejercitarse en la piedad, habrán de curar su mal, ATACANDO directamente LAS RAICES del mismo. La lectura de vidas de santos o de libros que traten de la belleza de la virtud podrá contribuir mucho a la curación de su alma, porque no hay estim

CUARTO DOMINGO DE PASCUA

  EVANGELIO DEL DÍA El Espíritu Santo vive y obra su acción santificadora en las almas que están en gracia. Pero también a los pecadores, como si dijéramos desde fuera, los favorece con luces y mociones a penitencia con el menor esfuerzo que hagan para orar. El Espíritu Santo sopla en todas partes; lo importante es saber recoger su impulso y su voz. Desgraciadamente, ¡las criaturas meten tanto ruido en nuestras almas, que no podemos percibir la voz ni los consuelos del Espíritu Santo! Parece como si en el tiempo de la oración se dieran cita en nuestra alma todas las curiosidades, todas las preocupaciones, todos los temores; entonces, como en una plaza pública, andamos de acá para allá atendiendo a todo menos al Espíritu Santo y a nosotros mismos. Sin embargo, el Espíritu Santo es el encargado por Jesucristo de hacer revivir en nosotros su doctrina, darle oportunidad para el momento en que vivimos, presentarla a nuestros ojos llena de luz y de verdad, darle el verdadero sentido para res