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Mostrando entradas de marzo, 2022

30 DE MARZO. LA DIGNIDAD DEL ALMA, MOTIVO PODEROSO DE CARIDAD

  Cuando Dios creó al primer hombre, no solamente lo llamó al conocimiento y al amor de su Creador, por medio de la contemplación del espectáculo de la naturaleza, sino que le destinó para fin tan sublime como para llenar de admiración a cielo y tierra. Este destino maravilloso fue el de llegar a contemplar CARA A CARA a la divinidad, sin ningún intermediario creado y a amarla de la misma manera que se ama ella a si misma, poseyéndola eternamente y participando de su felicidad. "Aunque nuestra alma dilate sus deseos, escribe San Agustín, aunque extienda cuanto pueda su capacidad, jamás podrá comprender este inefable misterio; puede desear la gloria de su destino y tender hacia ella con santo ardor, pero nunca podrá concebir la sublimidad de esta gloria." Nuestro corazón tiene deseos insaciable de conocer y de amar, mas el universo entero no sería suficiente para saciarlos; sin embargo, nuestro corazón se hallará plenamente satisfecho al gozar de la visión beatífica. ¿Y qué hi

29 DE MARZO. LA CARIDAD, MANDAMIENTO DE JESÚS

  Al meditar cuánto estimaba Jesús la virtud de la caridad, nos hemos formado por fuerza la más alta idea de su excelencia, pues participa del mérito del amor divino, siendo como una parte de ese divino amor. Según Santo Tomás, la razón de amar al prójimo no puede ser otra sino el mismo Dios. De esto se desprende que a toda costa debemos evitar herir la caridad, que nos asemeja a Jesús, caridad increada y encarnada. Se la hiere con pensamientos desfavorables al prójimo, porque dice el Apóstol: "la caridad no piensa mal (1 Cor. 13, 4) "; luego la caridad reprime sospechas y juicios temerarios es decir: los que se forman sin motivo suficiente. Pero como generalmente estas culpas se cometen por falta de humildad, el apóstol San Pablo añade: "la caridad no se ensoberbece", porque, al estimarse a sí mismo, el orgulloso desprecia a los demás, dándose en todo la PREFERENCIA. El soberbio está lleno de presunción y se indigna contra los culpables, a quienes no sería capaz de

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA. EL ALIMENTO EUCARÍSTICO.

  Fue en la soledad, lejos del mundo, sobre una montaña, donde Jesús realizó el milagro de la multiplicación de los panes, símbolo de la sagrada Eucaristía, queriéndonos enseñar que, para que participemos abundantemente de las gracias de la Comunión, debemos vivir, a lo menos de deseo, ALEJADOS DEL MUNDO, DE SUS VANIDADES, DE SUS PLACERES Y DE SUS MÁXIMAS. -Los Israelitas, para comer el Cordero pascual, figura de la Eucaristía, se mantenían en pie, con un cayado en la mano, como viajeros que se aprestaran a abandonar el país. Nosotros, que somos extranjeros sobre la tierra, debemos vivir en ella completamente DESPRENDIDOS de lo terreno, no atándonos con lazos de afecto a nada de lo perecedero y creado. Perfectamente desligados de todo lo caduco, hemos de hallarnos en las mejores disposiciones de recibir con fruto al Creador, Rey inmortal de nuestras almas. Los Israelitas en el desierto tenían que recoger el Maná, símbolo de la Eucaristía, antes de la aurora, porque si no, al calor del

26 DE MARZO. LAS LLAGAS DE JESÚS

 " El Profeta pregunta a Jesús, ¿Qué llagas son esas en medio de tus manos? -y Jesús responderá: - En la casa de los que decían que me amaban me hicieron estas llagas (Zacarías 13, 6) ." ¡Qué dolor! Hijos de Dios, hermanos de Jesucristo, redimidos por sus trabajos y sufrimientos, obligados a amarle, hemos llevado nuestra ingratitud hasta traspasar con pecados los pies, las manos y el corazón mismo de nuestro amabilísimo Redentor. ¡Oh, si en un arrebato de ira hubiéramos vertido la sangre inocente de un amigo, de un pariente, de un bienhechor, qué inmenso PESAR el nuestro! Y sin embargo aquí tenemos la misma Inocencia, inmolada por nuestros caprichos, inclinaciones y propia voluntad. Tenemos aquí al mejor de los amigos, al Hermano, al Libertador, al Padre por excelencia, cubierto de llagas el cuerpo y ensangrentado, y esto por culpa nuestra. ¿Cómo no sentir a su vista indecible dolor? Lloremos al igual que los santos nuestra perfidia, nuestra crueldad, nuestra injusticia con J

25 DE MARZO. EL VERBO SE ENCARNÓ Y VIVIÓ CON NOSOTROS

  Si el Señor se dignó rebajarse hasta hacerse como uno de nosotros, es justo que nosotros, con su gracia y conforme a sus deseos, procuremos elevarnos a SU ALTURA, haciéndonos semejantes a él. Esto es, efectivamente, lo que Jesús exige de nosotros. Al llamarnos sus hermanos y coherederos suyos (Juan 20 y Rom. 8) , no pronunció palabras vanas sin ningún sentido, sino, al contrario, pronunció palabras llenas de verdad, que a nosotros nos toca convertir en realidad, haciendo que nuestros pensamientos, sentimientos y deseos sean los suyos; que nuestra voluntad y nuestras acciones estén de acuerdo siempre con su divino beneplácito. Porque como dice San Pablo, "somos miembros del cuerpo de Cristo, formados de su carne y de sus huesos (Efes. 5, 30) ", y, por tanto, no hemos de seguir nuestros caprichos ni viciosas inclinaciones, sino que debemos copiar en nosotros la vida del Hombre-Dios, que quiso descender hasta nuestra miseria para elevarnos a la imitación de sus virtudes divina

24 DE MARZO. LA CONFESIÓN FRECUENTE

  Los que se acercan con frecuencia al tribunal de la penitencia, por ejemplo, cada ocho días, no  necesitan mucho tiempo para el EXAMEN de conciencia, más pueden ,para provecho, sondear el fondo de sus corazones, pesar los motivos de sus acciones, escudriñar sus pensamientos y deseos, los sentimientos que los dominan; estudiar el origen de sus defectos y aprender a conocerse para corregirse, despreciarse y adelantar en la sólida virtud. "Considerad, dice San Bernardo, cuánto aprovecháis, o cuánto perdéis." A pesar de esto, en el confesonario solo se nos exigen las faltas verdaderas. En cuanto a la CONTRICIÓN, es más necesaria que el examen y es preciso excitarse a ella, por la reflexión y la oración; por la reflexión, pensando en lo que más nos mueve a arrepentirnos, por ejemplo: el cielo que se nos cerraría, el infierno por el pecado mortal merecido, el purgatorio en que incurriríamos por los pecados veniales, la calidad de los tormentos que en le purgatorio o en el infiern

23 DE MARZO. EL TEMOR DE DIOS

  "Es verdad que pasamos vida pobre, decía Tobías a su hijo, pero tendremos grandes riquezas si tenemos a Dios (Tobías 4, 23) ." Efectivamente, el Señor colma de bienes a los que le temen, dice la Escritura; los cubre con su PROTECCIÓN y los rodea de especial providencia; los preserva del pecado y los sustenta espiritual y temporalmente  (Salmo 32, 18) . "La misericordia del Señor, prosigue la Escritura, permanece para siempre sobre los que le temen (Salmo 112, 17) ." "Condescenderá con la voluntad de los mismos oirá benigno sus peticiones y los salvará (Salmo 144, 19) ." ¿No fue el temor reverente hacia su divino Padre, por lo que Jesús, nuestro Jefe y Modelo, fue atendido en su Pasión, como dicen San Pablo?                   "A quien teme al Señor nada le falta, dice el Espíritu Santo, y con él no hay necesidad de otro auxilio. Es el temor del Señor como un jardín amenísimo, lleno DE BENDICIÓN, revestido de gloria, superior a todas las glorias (Ecl

22 DE MARZO. EL DON DE DIOS

 “Si supieras, dijo Jesús a la Samaritana, quien es el que te dice: Dame de beber.” Si supieras, alma redimida por mi sangre, lo que yo soy para ti, yo, que siempre te estoy diciendo: Dame tu corazón, dame tu voluntad, dame tu amor… ¿Qué no he hecho yo para ser amado de ti? ANTES DE TODOS LOS SIGLOS, cuando el mundo aun no existía ni había sido creados los espíritus celestiales, yo te amaba. Te amaba desde entonces sin ningún interés, únicamente por bondad, contemplándote a través de las generaciones y de los millones y millones de seres que me proponía crear. Te veía en aquel tiempo con todas TUS CULPAS, olvidada de mis beneficios y llevando tu ingratitud hasta resistirte a mis gracias, y más aún, renovar los tormentos de mi Pasión. Y a pesar de todo, alma redimida, aunque cueste trabajo creerlo, yo te AMABA con ternura, como a pobre oveja descarriada, a la que quería amparar en el redil de mi gracia. Y para conducirte a mi redil, ¡cuántos trabajos me COSTASTE! descendí del trono de

21 DE MARZO. EL PENSAMIENTO DEL INFIERNO

Si queremos ser HUMILDES nos será de una gran ayuda el pensamiento de los oprobios del infierno. La virtud de la humildad nos hace decir: "Si estuviera en el infierno, tantas veces merecido, sería objeto de burla y desprecio, me llenarían de oprobios y de vergüenza. Los demonios, llenos de saña, me reprocharían haber desperdiciado los medios de salvación que a ellos no les fueron concedidos. En su diabólico furor me llenarían a coro con los demás condenados, de ultrajes e injurias." Semejantes pensamientos surtirían el efecto de rebajar nuestras pretensiones, disminuir la confianza en nosotros mismos, ayudarnos a soportar con paz el olvido, las faltas de consideración con nosotros, las burlas, los desprecios y hasta los más crueles insultos. ¡Y cuánto AGRADECIMIENTO sentiríamos hacia Dios por habernos preservado del infierno!. Si el peor de los condenados fuese súbitamente arrancado de las llamas eternas y traído a la tierra para hacer penitencia por sus pecados, ¿podría olvi

TERCER DOMINGO DE CUARESMA. EL PECADO

  La maldad de un ultraje, dice Santo Tomás, SE MIDE con relación a la persona que lo comete y a la persona a quien va dirigido." Una ofensa no debe hacerse a nadie, porque es una mala acción. Pero no cabe duda que la misma ofensa tiene menos importancia cuando va dirigida a una simple persona que cuando se hace a alguien con autoridad. Y nadie más alto que Dios, cuya grandeza es imposible comprender, pues es el Ser eterno, infinito, ante el cual todos los pueblos y gobernantes de la tierra son, al  decir del profeta Isaías, más pequeños que un grano de arena (Is. 40,45) . Y a este Dios, infinitamente adorable, ultraja al pecador. Pero ¿QUIÉN ES este pecador? Una insignificante criatura, la misma nada. esta nada se atreve a atacar de frente al soberano Señor del universo. ¡Qué insolencia! Los elementos, los astros, los ángeles obedecen al Todopoderoso; únicamente el hombre, el hombre pecador, se resiste a someterse. Como Lucifer, así él levanta el estandarte de la rebelión contra

19 DE MARZO. EL PATRIARCA DE NAZARET

  El Espíritu Santo inspiró estas palabras que califican a San José: "El Esposo de María era hombre justo." (Mateo 1, 19) . La palabra "justo" equivale a "santo", calificando a una persona; por tanto, la designa como llena de virtudes; pero cuando esta palabra va unida al titulo de Esposo de María, adquiere una fuerza maravillosa, que da a la santidad de José toda la grandeza sobrenatural que la dignidad de Esposo de la Madre de Dios le confiere. La santidad de San José estuvo proporcionada a su encumbramiento sobre los demás santos, no solo por ser esposo de María, sino por ser también, como consecuencia de título tan glorioso, Padre putativo de Jesús y el Jefe legítimo de la Sagrada Familia. ¡Misterio incomprensible! ¡Cuán maravillosa fue la PUREZA de José! Porque a él le cupo la honra de ser el fiel custodio de la virginidad de la única criatura que por singular privilegio fue inmaculada en su concepción y luego Madre de Dios, sin dejar por ello de ser

18 DE MARZO. EL SANTO SUDARIO.

  La devoción a la Sábana Santa, o sudario del Señor, autorizada por la Santa Sede y confirmada por numerosos milagros, nos hace honrar en ella los tormentos de nuestro divino Redentor. San Francisco de Sales solía contemplar con amor la imagen de la Sábana Santa, y decía: "es el retrato de los sufrimientos del Señor trazado con su misma sangre; nada tan eficaz como él, para alimentar nuestra piedad y reanimar nuestro fervor". La Iglesia habla en el mismo sentido al reconocer en la Sábana Santa las huellas de la Pasión, cuando ruega que el Señor nos conceda, por los méritos de su muerte y sepultura, la gloria de la resurrección. Como la muerte y la sepultura de Jesús precedieron a su resurrección gloriosa, así también la DESTRUCCIÓN DE LOS VICIOS y malos instintos deberá preceder en nosotros a la espiritual resurrección. Para resucitar espiritualmente es necesario morir al orgullo, al espíritu mundano, a la molicie y a la sensualidad. También nos pide que tengamos el valor de

16 DE MARZO. LA PASIÓN DE JESÚS

  "Todo amor, dice San Francisco de Sales, que no tiene su origen en la Pasión del Salvador, es frívolo y peligroso." ¿Por qué? Si no recordamos siempre a Jesús crucificado podremos con facilidad engañarnos acerca de la verdadera virtud. A veces pensamos que ésta consiste en ejercicios piadosos, escogidos a nuestro antojo, más que en la práctica de la humildad, de la abnegación, de la renunciación, de todo lo que no sea Dios. ¿Podríamos engañarnos tomando por modelo a Jesús crucificado? No, responde San Alfonso, no, porque ello nos llevaría con más eficacia a las virtudes que dan muerte a la naturaleza viciada. No nos detengamos en la dura corteza de la santidad; penetremos en la médula del amor propio, demos en él profundo cortes que, matando el egoísmo, preparen ancho lugar al amor divino. El santo obispo de Ginebra aconsejaba insistentemente llevar siempre consigo el crucifijo, para besarlo frecuentemente llenos de amor; a inflamados del DESEO DE IMITAR a Jesús, decirle a

15 DE MARZO. LA MEDITACIÓN

  San Francisco de Asís, estando en oración sobre el monte Alverna, fue visto rodeado de luz, oyéndosele  exclamar: "Dios mío, ¿Quién sois Vos, y quién soy yo?" Estas solas palabras fueron suficientes para que continuara y prolongara su meditación. No nos extrañemos; esta sencilla exclamación encierra en sí toda la santidad para un alma que sabe reflexionar. Dios lo es todo, nosotros nada. De aquí se desprende que dependemos totalmente de él, y por eso necesitamos de constante oración; de aquí también la obligación de creer cuanto nos enseña, de esperar en lo que nos promete, de amar y cumplir lo que nos ordena y de aceptar sumisos las pruebas que nos envíe, por muy duras que nos parezcan. Luego, estas solas palabras bien meditadas encierran en sí la más consumada perfección. Dice Santa Teresa que también se lleva rápidamente a la perfección viviendo siempre bajo la MIRADA de Dios. En efecto, el pensamiento de: "Dios me ve" es capaz de hacernos vivir santamente a po

14 DE MARZO. LA ORACIÓN

  No son los consuelos espirituales los que debemos buscar en la oración, sino el VERDADERO PROGRESO de nuestra alma. Tal progreso habrá de consistir en la enmienda de defectos, en la pureza del corazón, en la conformidad con la voluntad divina y en la verdadera caridad. Santa Teresa aseguraba que podría contentarse toda la vida con la aridez de la oración, si por tal medio se hiciese más humilde, más sumisa a Dios y más fiel a su gracia. -No son las dulzuras gustadas en la oración las que aseguran el fruto de la meditación, sino las profundas convicciones que en ella se adquieren respecto a las verdades de la fe, y las firmes resoluciones que tomamos para el mejoramiento de nuestra conducta.  Nuestro corazón es por natural duro e indómito, y no existe nada tan capaz de ablandarlo como el fuego de la oración, en el que aprende a doblegarse a todas las disposiciones divinas y a todas las exigencias de la vida interior y sobrenatural. Propongámonos además por la oración obtener GRACIAS D

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA. LA TRANSFIGURACIÓN

  San Lucas refiere en su Evangelio que Moisés y Elías estuvieron en el Tabor con Jesús y que le hablaron de su PASIÓN y del misterio de sus sufrimientos (Luc. 9, 31) . No nos hubiera extrañado que el Salvador, en medio de tanta gloria, lleno de gozo, alejase de sí la idea de sus tormentos. Sin embargo, ocurrió exactamente lo contrario, quiso conversar acerca de su dolorosa Pasión, y he aquí los motivos que tuvo para ello: Para hacernos comprender que su Pasión y muerte habrían de ser para él y para nosotros fuente inagotable de verdadera felicidad. Para que no esperemos gozar con él si antes no hemos llevado como él la cruz aquí en la tierra. Para que entendiéramos que, engendrados a la vida de la gracia en el Calvario, no conviene en absoluto que hagamos un Tabor de nuestra vida, excluyendo de ella los dolores, las contrariedades, la lucha contra nosotros mismos y las contradicciones de nuestros prójimos. Jesús tomó sobre sí el castigo que merecieron nuestros pecados; y quiere hacern

12 DE MARZO. EL MARTIRIO DE MARÍA

  Admiremos profundamente la constancia sin igual de María Santísima, que, al pie de la cruz, estaba abismada en un mar de tribulaciones como roca en mitad del océano. Al contemplarla tan VALIENTE y resignada, ¿Quién no se sentiría capaz de soportar con paciencia las pruebas de la vida? Pero si esta divina Madre pudo soportar tantas amarguras fue por alcanzar los más NOBLES FINES, dignos únicamente de su gran corazón. Y no era la necesidad quien la forzaba a tanto dolor, sino el inmenso deseo de honrar a su Creador. Quería con sus sufrimientos reconocer el soberano dominio del Dios tres veces Santo sobre todas las criaturas, dándole por ello gloria. Dichosa en poder cumplir de este modo la voluntad divina e imitar a Jesús por el dolor, fue su objeto principal testimoniar al Señor constante amor y generosa abnegación. Si en las pruebas de esta vida participásemos de los sentimientos de la Virgen Santísima, si supliéramos respetar los derechos de Dios sobre nosotros, entendiésemos que de

8 DE MARZO. LA TRIBULACIÓN

  Existen tres grados de paciencia que nos interesa procurar. El primero consiste en sufrir SIN QUEJAS. Las quejas nos hacen semejantes al mal ladrón, que al revolverse en la cruz se hacía a sí mismo instrumento de su eterna desgracia. dejemos a los condenados gritar, blasfemar y desesperarse en sus tormentos. En el mundo está medido el sufrimiento, nuestras penas se alivian y a veces desaparecen. En cambio, en el infierno los tormentos alcanzan un grado de dolor incomprensible, sin esperanzas de mitigación ni treguas. ¡Oh si pensáramos en que por nuestros pecados hemos merecido semejantes torturas, qué pronto cesarían las quejas y cómo procuraríamos contentarnos! El segundo grado de la paciencia cristiana consiste en someterse a la divina voluntad, de la misma manera que lo hizo el buen ladrón en el Calvario, mereciendo el cielo en premio a su RESIGNACIÓN. La cruz en la que murió y que le alcanzó la gloria tuvo para él más valor que el trono del más poderoso monarca. Del mismo modo ac

7 DE MARZO. LAS TENTACIONES

  "Nadie será coronado, dijo S. Pablo, si no ha luchado legítimamente (2 Cor. 12, 7)." Es decir, siguiendo las reglas establecidas. Pero ¿Cuáles son las reglas que seguir para merecer la corona? La primera: no perder nunca la resinación ni LA PAZ. No existirá jamás pecado mortal mientras nuestra voluntad deliberadamente no consienta en él plenamente y la materia sea grave. como nuestra voluntad es libre, no existe tentación, por larga y violenta que sea, que pueda obligarnos a consentir a pesar nuestro, es decir: que el pecado no podrá manchar nuestra alma si no lo queremos así expresamente. ¿Por qué, entonces, agitarnos, turbarnos y acobardarnos en cuanto somos tentados? El Señor permite estos combates para aumentar nuestra virtud. Resignémonos y luchemos contra nuestros enemigos más encarnizados. Esta lucha consiste principalmente en orar, despreciar la tentación y distraer en ella el pensamiento. La ORACIÓN debe ser pronta, confiada y perseverante. No hay que permitir que

6 DE MARZO. PRIMER DOMINGO DE CUARESMA

  Antes de caer hay que huir de las ocasiones de pecar, ser recatados, fieles en el cumplimiento de las prácticas piadosas, alimentar el espíritu con sanas meditaciones y el corazón con frecuentes oraciones, animados del deseo de contentar a Dios. No solo no es útil, sino que además es perjudicial preocuparse de futuras tentaciones, temiéndolas por anticipado, sobre todo las referentes a la pureza; más eficaz es confiarse plenamente en Dios y obrar con sencillez de espíritu, sin recelos y sin aprensiones para lo por venir. ¿Y cuál habrá de ser nuestra conducta DURANTE la lucha? Lo primero que debemos hacer es evitar toda polémica con el tentador, procurar inmediatamente distraer la atención en algo diferente y echar en olvido el pensamiento, mirada o sugestión que querían inducirnos al mal, impresionando nuestra imaginación. Si el enemigo volviera a las andadas, recemos para ahuyentar la tentación y, poniéndonos en presencia de Dios, meditemos en alguna verdad que tenga fuerza suficien

5 DE MARZO. SANTIFICACIÓN DE LA CUARESMA

  Debemos santificar este tiempo de Cuaresma RECOGIÉNDONOS interiormente, pues el recogimiento interior es una soledad especial, posible para todos y posible en todas partes. San Felipe Neri, huyendo de los ruidos del mundo quiso alejarse de Roma en busca de soledad y silencio; pero Dios le ordenó que no se moviera y siguiera viviendo como si viviera en el desierto. Vivir como en el desierto es tener siempre el pensamiento en Dios, apegándose únicamente a él, entregándole espíritu y corazón y aislándose con él, como si nada más existiera sobre la tierra. Esta soledad interior será lo que más podrá ayudarnos a practicar la vida de ORACIÓN, imprescindible para la santificación del alma. La Iglesia, en este tiempo de penitencia, reza con más insistencia y nos anima a rezar con ella. "En estos días, santificados por los profetas y por nuestro Señor Jesucristo, nos dice, clamemos a Dios orando prosternados ante su presencia". La Iglesia, con estas palabras, nos exhorta a que hagam

4 DE MARZO. JESÚS, CORONADO DE ESPINAS.

 El rey de Francia Carlos V, digno descendiente de San Luis, al llegar la hora de su muerte hizo le llevasen la corona de espinas que estaba en la Santa Capilla y la corona real con la que se coronaban los reyes de Francia. Colocando delante de él la de espinas con muchísima PIEDAD y DEVOCIÓN, ordenó que a sus pies colocaran la segunda. Luego, dirigiéndose a la corona del Salvador, exclamó : "¡Oh diadema sagrada de nuestra salvación, cuán grande es la alegría que nos proporcionas al recordarnos el misterio de nuestra Redención! Y tú, corona real, añadió mirando hacia la corona de su consagración, eres vil y preciosa al mismo tiempo. Eres preciosa por el misterio de la justicia que encierras y que por ti se ejecuta, y eres vil, pero vil hasta el exceso, por las angustias que proporcionas a la conciencia y por el peligro en que pones al alma de perderse. El tono emocionado y seguro de estas palabras hizo que corrieran las lágrimas de los que las escucharon; estas palabras son una gr

3 DE MARZO. LA HUMILDAD

  El PECADO ORIGINAL, al privarnos de la amistad de Dios, nos hizo hijos de ira, nos vendió al demonio, nos condenó a ser privados para siempre de la vista de Dios. -Nuestros PECADOS ACTUALES hubieran confirmado aún más esta terrible sentencia si, por la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, no hubiésemos sido salvos. A esta gracia todo se lo debemos. Sin ella viviríamos en la ignorancia de las cosas divinas, tiranizados por las malas inclinaciones, bajo el imperio del cuerpo y de los sentidos. Impotentes para realizar el bien (ni siquiera capaces de un buen pensamiento), nos veríamos expuestos a muchas faltas y, a veces, a los más vergonzosos crímenes. ¿Hay nada más humillante? Los favores celestiales que recibimos y las VIRTUDES que practicamos, lejos de dispensarnos de ser humildes, nos obligan a rebajarnos más todavía. Es posible que, con nuestro orgullo y nuestros pecados, parezcamos más despreciables a los ojos del Señor que otros menos favorecidos que nosotros, pero humildes de co

2 DE FEBRERO. MIÉRCOLES DE CENIZA

  La Iglesia termina la bendición de la ceniza con una exhortación a los fieles. Les aconseja que, sin contentarse con las exteriores señales de penitencia, se llenen interiormente de su ESPÍRITU. "Ayunemos, dice, como quiere el Señor, pero acompañemos este ayuno con lágrimas de arrepentimiento, prosternándonos ante Dios, lamentando con amargura de nuestros corazones lo ingratos que hemos sido para con él." Pero para que nuestra contrición sea provechosa a nuestra alma, habrá de ir acompañada de verdadera confianza; por eso la Iglesia añade seguidamente, que Dios está lleno de misericordia y de bondad, y siempre dispuesto a otorgarnos su perdón. Por eso podemos confiar que, en arrepintiéndonos de ellas, nuestras faltas nos serán remitidas. Dios no desprecia jamás un corazón contrito y humillado. La liturgia del día termina exhortándonos a tomar generosas resoluciones. "Corrijámonos, dice, de las faltas que hemos cometido por debilidad, ignorancia o malicia, no sea que, s

1 DE MARZO. EL SACRIFICIO DEL ALTAR

Si entendiésemos como los ángeles las grandezas de Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, con qué PROFUNDA RELIGIOSIDAD y respeto nos presentaríamos ante el altar donde se celebrase el divino Sacrificio. "¿A qué se debe, le preguntaron a San Martín, ese temblor que en vos se observa cuando entráis en una iglesia? -¿Cómo no habré de temblar, respondió el Santo, cuando me encuentro ante la presencia de mi Juez?" Criaturas mezquinas, somos cuando átomos imperceptibles ante la divina majestad infinita; y, si le debemos nuestro más profundo respeto cuando le imploramos en nuestras casas, ¡Cuánto más respeto tiene aún que inspirarnos cuando asistimos en su mismo santuario a la oración por excelencia, que es el santo Sacrificio de la Misa! Al respeto debemos unir la DEVOCIÓN, y la devoción consiste, como dice Santo Tomás, en: "La voluntad de emplearse prontamente en todo aquello que se relaciona con el servicio de Dios." Se obtiene esta devoción, añade, al considerar la