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Mostrando entradas de febrero, 2020

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA

NUESTRA FORTALEZA 1.     Jubiloso resuena hoy el canto del Introito: “Él me invocará y Yo le oiré” – Cristo en el desierto, orando, ayunando ¡y con Él la Iglesia! “Él me invocará” – La santa Cuaresma. “Y Yo le oiré: le salvaré y le glorificaré. Y le saciaré de una larga vida: -Pascua, resurrección, vida eterna en la deliciosa beatitud de la claridad celeste. La santa Cuaresma nos encamina hacia la gloria de la luminosa mañana pascual, hacia la posesión de la fulgurante vida del cielo. Lleva en sí misma la certeza de la salvación, de la resurrección, de la saturación de vida eterna. Realmente, un “tiempo de gracia”. Por eso la liturgia del primer Domingo de Cuaresma adopta un tono alegre, jubiloso, esperanzado, lleno de anhelos por los bienes de la Pascua. 2.     “En aquel tiempo fue conducido Jesús al desierto por el Espíritu (Santo), para ser allí tentado por el diablo. Después de haber ayunado por espacio de cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Entonces se le prese

San Rosendo, obispo y confesor. — r de marzo. (+ 977)

El admirable obispo san Rosendo, nació de una de las más ilustres casas de Galicia y Portugal, y fué hijo de los condes don Gutiérrez de Arias y doña Aldara. Procuró con gran cuidado las bondadosa madre inclinar al niño a las virtudes cristianas y educarle en las letras como a su calidad convenía; y se adelantó de manera en la piedad y en el estudio de las ciencias humanas y sagradas, que habiendo vacado el obispo de Dumio, todo el clero y el pueblo hicieron la elección de prelado en Rosendo que contaba a la sazón diez y ocho años. La poca edad e inexperiencia que él alegaba- para huir de aquella dignidad, supliólas ventajosamente con su santidad y maravillosa prudencia. Todos los días predicaba al pueblo la palabra de Dios: mostrábase padre y tutor de los pobres a quienes repartía por su mano largas limosnas, y con su celo apostólico reformó las costumbres de toda su diócesis. A instancias del rey don Sancho tomó el gobierno de la Iglesia de Compostela, en la cual hizo el copioso frut

CIEN AÑOS DE MODERNISMO (39)

3. El ignorantismo bergsoniano  Bergson declara la Crítica de la razón pura de Kant como definitiva en lo que niega, a saber, la capacidad del espíritu de captar la realidad. Le Roy expresó lo mismo en una fórmula lapidaria que se ha hecho clásica: Es impensable un más allá del pensamiento. Y se explaya. Hay una objeción de la que nunca nos libraremos. El pensamiento, al buscarse un objeto absoluto, sólo se encuentra a sí mismo. Pero como un cierto realismo se impone, ese mismo pensamiento se convierte en el ser mismo, en la trama de toda realidad. Ahora bien, aceptar de entrada esta derrota del pensamiento, es lo mismo que seguir el camino trazado por la filosofía ignorantista de Kant; y eso es lo que hacen los bergsonianos. Pero ¿no tenía Bergson la intención de redescubrir la vía hacia el absoluto del universo? Sí, pero ese absoluto metafísico bergsoniano es la realidad expurgada del ser con su naturaleza y sus causas, o sea, la nada. El filósofo niega el ser en provecho de la dur

CIEN AÑOS DE MODERNISMO (38)

2. La evolución creadora  En el libro que lo consagró a la fama, La evolución creadora, Bergson recupera el viejo sofisma griego: el ser no es, todo es puro cambio. La realidad transcurre sin que podamos saber si lo hace en una dirección única, ni siquiera si es siempre el mismo río el que corre. La verdad es que cambiamos continuamente y que el estado en sí mismo ya es un cambio. No hay cosas, sólo hay acciones. La realidad es fluida, una creación que continúa sin cesar. Es movimiento (1). Le Roy no hace más que repetir a su maestro cuando describe, con la magia embriagadora de su estilo, los frutos de la intuición del yo profundo: «Se oye manar misteriosamente las fuentes de la conciencia, como un invisible estremecimiento de agua viva a través de la sombra musgosa de las grutas. ¡Me disuelvo en el júbilo del cambio! Me abandono a la delicia de ser una realidad que fluye. ¿Amo? ¿Pienso? Para mí, estas preguntas ya no significan nada» (2). El ser no es, todo cambia; eso es lo que l

SÁBADO DESPUÉS DE CENIZA

NUESTRO AYUDADOR 1.     Es de noche. Luchamos jadeantes sobre el mar de la vida, y apenas podemos mover nuestra barquilla. En la orilla está Jesús. Hacia la cuarta vigilia de la noche, es decir, por la mañana, se celebrará el sacrificio eucarístico. Entonces subirá Jesús a nuestra barca y la conducirá felizmente hasta la ansiada ribera (Evangelio). Duro es el trabajo de la penitencia, del permanecer limpios de pecados e infidelidades, de la renovación del Bautismo; pero confiemos: en la sagrada Eucaristía hallaremos la fuerza necesaria para realizar este trabajo cuaresmal. 2.     El trabajo de Cuaresma bien ejecutado, produce frutos maravillosos. “Si apartares de ti la cadena (con la cual atas a los demás) y cesares de hablar lo que no conviene; si te compadecieres del hambriento y consolares al alma afligida, entonces tu luz brillará en las tinieblas y tus tinieblas resplandecerán como el claro mediodía. Y el Señor te dará descanso para siempre. Y llenará tu alma de respland

VIERNES DESPUÉS DE CENIZA

“AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO” 1.     La sagrada liturgia nos congrega hoy en la casa de los dos “varones de misericordia”, los santos Mártires Juan y Pablo. Ellos repartieron entre los pobres su gruesa fortuna, “para correr sin impedimento por el camino del cielo”. Por su generosidad, “el Señor los oyó y se compadeció de ellos. El Señor fue su ayudador” (Introito). Ante la presencia de estos dos Santos del caritativo amor al prójimo, la Iglesia nos instruye hoy sobre el tercer modo de trabajar en la santa Cuaresma y de renovar nuestro Bautismo, el cual consiste en adquirir el espíritu de un perfecto, eficaz y cristiano amor al prójimo. “El que no ama permanece en la muerte (del pecado)” (1 Jn. 3, 14). 2.     “Este es el ayuno que Yo quiero: Rompe las cadenas de la impiedad, corta los lazos deprimentes. Deja libres a los esclavos, quita de sus hombros toda carga. Reparte tu pan con el pobre. Si ves a un desnudo, vístelo; y no desprecies tu propia carne (a tu prójimo). Ent

San Román, abad. — (+ 460) 28 de febrero

El glorioso san Román fué natural del condado de Borgoña; y hallándose bien enseñado en la ciencia de los santos por el abad de León llamado Sabino, retiróse a un desierto del monte Jura, que separa el Franco Condado del país de los suizos. Allí encontró un chopo de enorme corpulencia cuyas ramas entendidas y entretejidas formaban un techo que le defendían así de la lluvia como de los rayos del sol: y no lejos del árbol brotaba una fuente de agua cristalina, rodeada de zarzas llenas de unas como acerolas silvestres. Allí vivió muchos años el santo como ángel en carne humana, >y allí le visitó su hermano Lupiciano, guiado por soberana inspiración, que le movió a dar también de mano al siglo, y gozar de las espirituales delicias que halló su hermano en aquella soledad. Comenzaron luego a concurrir a aquel yermo aldeanos y ciudadanos, unos por solo venerar a los santos hermanos, y otros para hacerse sus discípulos: y tantos fueron estos últimos, que en breves años se labraron varios mo

CIEN AÑOS DE MODERNISMO (37)

La filosofía evolutiva de Bergson Hemos asistido, en la sección del modernismo protestante, al ataque masivo de los ilustres sabios alemanes contra la filosofía eterna que, fiel al sentido común, afirma que las cosas existen y que nosotros las conocemos. Al principio, Descartes coloca los fundamentos de la filosofía moderna con su cogito subjetivo. Luego, Kant niega a la inteligencia el acceso a la realidad exterior y da una nueva definición de la verdad: la conformidad del espíritu consigo mismo. El hombre es una torre de marfil sin puertas ni ventanas. Para hacerse la ilusión de salir de esa prisión idealista, establece el yo como punto de partida de la nueva filosofía de la acción moral. Dios y la libertad sólo existen porque son útiles. Hegel lleva al extremo el panorama kantiano con su evolucionismo panteísta en el que todo se convierte en todo. El ser-nada, por una serie de oposiciones y síntesis, se transforma en el cerebro humano que se convierte en Dios al tomar concienci

San Leandro, arzobispo de Sevilla. — 27 de febrero. (+ 603)

El gloriosísimo apóstol de los godos san Leandro, fué hijo de Severiano, hombre principal y de gran linaje en Cartagena. Tuvo por hermanos a san Fulgencio, obispo de Ecija, a san. Isidoro, que le sucedió en la Iglesia de Sevilla, y a santa Florentina, abadesa y maestra de muchas santas vírgenes dedicadas al Señor. , Dando libelo de repudio al mundo, tomó el hábito de san Benito, y resplandeció tanto por su santa vida y doctrina, que por común consentimiento de todos fué elegido para la cátedra arzobispal de Sevilla. Reinaba a la sazón Leovigildo, rey godo y hereje arriano y enemigo de los católicos; y como su hijo Hermenegildo hubiese abrazado muy de corazón la verdadera fe, hubo entre el padre y el hijo muchos y muy grandes disgustos y contiendas por causa de la religión, y vino el negocio a tanto rompimiento, que el reino se dividió en dos bandos, de católicos y herejes. Mas cayó el hijo y príncipe Hermenegildo en manos de su padre; el cual le encarceló y cargó de duras prisiones y f

JUEVES DESPUES DE CENIZA

“PEDID, Y RECIBIRÉIS” 1.     Para el culto divino nos reunimos hoy en el santuario del soldado y mártir San Jorge. Él ora con nosotros en el Introito: “Clamé al Señor y escuchó mi voz y me libró de los que se acercaron a mí con propósitos enemigos. Deposita tus preocupaciones en el Señor y Él te nutrirá.” Una invitación a la oración fervorosa y confiada. Oremos como el rey Ezequías de la Epístola. Oremos como el soldado, como el centurión romano del Evangelio. La Cuaresma es un tiempo de oración. 2.     “En aquellos días cayó enfermo el rey Ezequías. El Profeta Isaías se acercó entonces a él y le dijo: He aquí lo que dice el Señor: Dispón de tu casa porque vas a morir y no vivirás más. Entonces el rey Ezequías, volviendo su rostro hacia la pared, oró al Señor: Te suplico, Señor, te acuerdes de cómo caminé siempre delante de Ti en verdad y con un corazón perfecto, y de que siempre ejecute lo que es bueno ante tus ojos. Y Ezequías rompió en amargo llanto. Entonces el Señor dijo a

CIEN AÑOS DE MODERNISMO (36)

El modernismo «católico» En la sección precedente fue fácil ver en qué medida la teología del sentimiento de Schleiermacher y la crítica bíblica de Strauss dependían de los principios filosóficos de Kant y de Hegel. El conjunto constituye, en efecto, un todo de notable coherencia. El vínculo lógico entre la filosofía moderna y sus aplicaciones religiosas es perfecto. El fundamento común reside en el conocimiento limitado del yo, porque no podemos conocer los hechos desnudos. El sistema del protestantismo liberal, al que sería mejor llamar modernista, es la imagen del gigante de bronce con pies de barro de la visión del profeta Daniel. Toda esta seudociencia se funda en el yo inmanente, es decir, en la fantasía y la ficción. Con una base tan endeble, el poderoso gigante de bronce tenía que desmoronarse por su propio peso.  Los estudios científicos, aniquilados por las revoluciones de fines del siglo XVIII, habían sido proseguidos en los países católicos, particularmente en Francia e

MIÉRCOLES DE CENIZA

“¡CONVERTIOS A MÍ…!” 1.     Recibamos de manos de la Iglesia la cruz de ceniza, y coloquémonos en espíritu entre las filas de aquellos que en la primitiva Iglesia hacían durante toda la Cuaresma pública penitencia por sus pecados. Estos penitentes estaban excomulgados y apartados de la sagrada Comunión. Eran reconciliados y reintegrados al seno de la comunidad cristiana el día de Jueves Santo. La cruz de ceniza que hoy nos impone la Iglesia, es la señal de que estamos dispuestos a emprender una vida de penitencia. “Acuérdate, hombre, de que eres polvo y de que has de volver a convertirte en polvo.” 2.     “Convertíos a Mí de todo corazón, en ayuno y lágrimas y llanto. Rasgad vuestros corazones… y convertíos al Señor, vuestro Dios: porque Él es benigno y misericordioso, paciente y bondadoso y siempre dispuesto a perdonar el mal… Tocad vuestras trompetas en Sión, santificad el ayuno, llamad al servicio divino, congregad al pueblo, santificad la reunión… Entre el vestíbulo y el

San Porfirio, obispo. — 26 de febrero. (+ 420)

Nació el glorioso san Porfirio en Tesalónica, de familia muy ilustre y opulenta, y habiéndole educado sus cristianos padres en el santo temor de Dios, y en las letras humanas y divinas, a la edad de veinticinco años se retiró a Egipto, donde se consagró enteramente al servicio de Dios abrazando la vida religiosa en el famoso monasterio de Sceté. Perseveró allí cinco años ejercitándose en la humildad y en la penitencia. Visitó después con gran devoción los santos lugares de Jerusalén, y en una maravillosa visión que tuvo en el monte Calvario, cobró sobrenaturales fuerzas para adelantarse en el camino de la cruz de Cristo, que vio muy gloriosa y resplandeciente. Repartiendo después sus bienes a los pobres, puso su asiento en una gruta de las riberas del Jordán, donde aprendió el oficio de curtidor para ganarse el sustento necesario. Pero llegando la fama de sus grandes virtudes al patriarca de Jerusalén, le sacó de su vivienda, y le mandó que se ordenase de sacerdote para que su doctrina

CIEN AÑOS DE MODERNISMO (35)

4. ¿Evolución o revolución?  Para concluir nuestro estudio del modernismo protestante, nos falta sobre todo confrontarlo con los fundamentos de la cultura cristiana; sólo después podremos elaborar por fin un primer intento de definición del modernismo. Al igual que hemos hecho con el cristianismo auténtico, vamos a dividir nuestro tema comparando los principios de unidad, y luego las consecuencias que se desprenden de ellos en materia de verdad y de unidad.  ¿Puede haber algún punto común en los principios fundamentales que gobiernan el conjunto de la teología católica y de la teología modernista protestante? ¿Hay comunión de ideas, o divorcio en los puntos esenciales? Desde una perspectiva realista, lo que nos lleva a creer es la fidelidad a lo que es. Vemos que debemos creer por motivos racionales y fundados en los hechos y en las cosas. Desde una perspectiva egologista, en cambio, los hechos no tienen nada que ver con la religión. Para Lutero, la voluntad es el principio de toda

San Tarasio, obispo de Constantinopla. — 25 de febrero. (+806)

Nació el santísimo obispo Tarasio en la ciudad de Constantinopla de padres tan ilustres por su nobleza como por su religión y piedad. Criaron al niño con gran cuidado y entre otros buenos consejos que le daba la madre, no cesaba de avisarle que huyese de toda mala compañía. Por esta causa cuando, terminados sus estudios,* resplandeció a los ojos de todos por sus virtudes y talentos, y se vio ensalzado hasta la dignidad de cónsul y de primer consejero del reino, en el imperio de Constantino y de la emperatriz Irene su madre, no se desvaneció con el falso brillo de la gloria del mundo, ni los atractivos de la corte menoscabaron un punto la entereza de su inocencia y de sus laudables costumbres: y así por una. maravillosa disposición del cielo, a la cual no pudo resistirse el santo, pasó del palacio del emperador a la cátedra patriarcal de Constantinopla, siendo consagrado obispo el día de la Natividad del Señor, para nacer de nuevo y comenzar desde aquel día una nueva vida. Sacó de su pa