El ayuno y la abstinencia

Considera que la abstinencia y los ayunos de la Iglesia no son de pura devoción, son de riguroso precepto.

No se contentó Cristo con mandarnos ayunar, sino que él mismo nos dio también el ejemplo. Los apóstoles estuvieron muy lejos de excusarse de esta ley universal. Ningún santo ha habido en la Iglesia de Dios que no la observase con una extrema severidad; y ¡cuántos se dispensan hoy en esta ley! Pero ¿por qué nuevo privilegio hemos adquirido nosotros este nuevo derecho?

La ley de la abstinencia y del ayuno es tan antigua como el mundo, y el quebrantamiento de esta ley fue el fatal origen de todas las desdichas. Si Adán se hubiera abstenido, si hubiera ayunado, él no hubiera caído del estado de inocencia, y nosotros seriamos felices. ¡Qué bienes no estaban pendientes de su abstinencia! Y ¡en qué diluvio de males no nos precipitó su pecado! ¡Cuánto perdió Esaú para satisfacer su hambre! ¡Cuánto se pierde por no guardar los ayunos de la Iglesia de Dios!

Dejar de ayunar cuando lo manda la Santa Madre Iglesia, no solo es una simple desobediencia, es una especie de idolatría, dice san Juan Crisóstomo; porque entre todas las confesiones o protestas públicas que se hacen de la fe que se profesa, la mas solemne y la mas eficaz es la del ayuno, especialmente el de Cuaresma. Acaso no hay otra prueba mayor de que somos cristianos. Pero por esta señal, por esta marca ¿se conocerá hoy en el mundo gran número de verdaderos fieles?

No ha habido edad alguna en el mundo en que el ayuno no fuese un acto de religión, y uno de los mas solemnes ejercicios de penitencia. ¿Qué hombre justo se hallará ni en el viejo ni en el nuevo testamento que no hubiese procurado domar la concupiscencia, reprimir las pasiones, satisfacer por sus culpas, alcanzar del Señor nuevos fervores; en una palabra, que no haya esperado hacerse propicio a Dios por medio del ayuno? ¿Se tiene hoy el mismo concepto de este santo ejercicio? ¿Los católicos de hoy, creen que el ayuno sigue teniendo la misma virtud? ¿Se podrá como antaño, tener la misma idea y frutos de estos santos ejercicios cuaresmales, viendo que tan a sangre fría, hoy nos dispensamos en el ayuno y la abstinencia con tanta facilidad y por cualquier circunstancia?

PROPÓSITO DEL DÍA

Es menester que el ayuno sea verdadero ayuno, esto es, privación de todo género de alimento.

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