El sacrificio de Jesús y la misa (4): un sacrificio que cambia los corazones.
Está claro en el
evangelio que la Cruz actúa, que ejerce una acción sobre los hombres. Al lado de la
Cruz se encuentra el buen ladrón y éste se convierte. ¿No está a los pies de la
Cruz el centurión que reconoce a Jesús como el Hijo de Dios? El evangelista san
Lucas señala también que después de la muerte de Jesús muchos descienden
golpeándose el pecho... San Pedro, el día de Pentecostés, recordando a quienes
le estaban oyendo que crucificaron al Señor, hará que ese día se conviertan
5.000 personas.
Nada de esto debería sorprendernos: el corazón de Cristo está
lleno de bondad, como lo manifiestan sus últimas palabras: "¡Padre perdónalos!"; "¡Padre, en tus manos, entrego mi espíritu!"; "Esta noche, estarás conmigo en el
paraíso"... en la Cruz se realiza el triunfo de esta bondad sobre el mal y
el pecado y en los corazones se produce una conversión hacia la esperanza y a cambiar
hacia el bien y la virtud...
¡Volver a leer la
historia de la pasión en estos días y sobre todo asistiendo a la Misa para
hacer que este bien se produzca en nuestros corazones!
PROPÓSITO
DEL DÍA
Cuando
vayas a Misa, piensa en compartir las penas y sufrimientos de Cristo.
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