Martes de la Octava de Pentecostés

Accende lumen sensibus: Enciende la luz en nuestras almas!

Nada mas obvio a constatar: los hombres están en tinieblas! Preguntad alrededor de de vosotros las cuestiones más esenciales de la vida: ¿por qué estamos en esta tierra? ¿Qué sucede después de morir? ¿Cómo debes manejar tu vida? Veréis que son pocos los que dan una respuesta clara y acertada...

¿Pero no conocen la predicación y doctrina de la Iglesia Católica? Muchos globalmente saben lo que Ella dice, pero éstos, lo mezclan con lo que los medios de comunicación dicen, los amigos interpretan, las lecturas que quizás hayan podido hacer... Lo que es una terrible desgracia que nuestra inteligencia, tan hermosa en algunos aspectos, sufra una oscuridad tan  profunda, resultado del pecado original.

Para aquellos que aceptan la fe, el Espíritu Santo les dará particularmente a entender los misterios y sobre todo degustar la obra de Dios. Es así que San Francisco de Asís veía en toda la naturaleza la gloria de Dios y que Santa Teresa del niño Jesús vio que nuestros pecados no pesaban mucho si sabíamos confiar en la increíble misericordia de Dios. ¡Esto no está reservado a los grandes Santos! También podemos pedir esta luz al Espíritu Santo y vivirlo como ellos...

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