Martes, 23 de octubre: Santo Antonio María Claret

Nuestro Santo nació el 23 de diciembre de 1807 Sallent en Cataluña. Aprendió el oficio de su padre: tejedor, pero pronto optó por el sacerdocio. ¡Antonio tiene el corazón de un misionero! por lo que se va a Roma para ponerse a disposición de la congregación para la propagación de la fe y realizar una prueba con los jesuitas. Pero el Señor desea para él otra cosa... Una enfermedad lo obligó a abandonar su plan y regresar a España. Se cura y predica una misión en su parroquia. El éxito fue inmediato, aunque le retiran su cura de almas y le nombran encargado de la obra de misiones parroquiales. Viajó a lo largo de Cataluña y de las Islas Canarias, predicando por todas partes con un éxito extraordinario, y, comprendiendo la importancia del apostolado de la prensa, escribió más de 150 libros para los fieles, fomentó grandemente la devoción a la Eucaristía, al corazón de María Inmaculada y su rosario. 
Fundó la congregación de las hijas del Inmaculado Corazón de María (llamados también Misioneros Claretianos), en julio de 1849, pero un año más tarde, ante la insistencia de la Reina que le admira mucho, fue nombrado Arzobispo de Santiago de Cuba. 

 Su celo no tiene límite, viaja incansablemente por toda su diócesis, distribuyendo casi 100.000 libros y folletos y 80.000 imágenes piadosas. Su celo le valió muchas enemistades políticas e intentaron en varias ocasiones matarlo. Fue llamado a Madrid por la Reina para que fuese su confesor, hasta que ella fuera derrocada por la revolución, y dejó España para trasladarse a Francia junto con su confesor. San Antonio María Claret muere en exilio en la Abadía de Fontfroide en el Aude el 24 de octubre de 1870.

Un buen libro que te eleva a lo bello, a lo bueno, a Dios, es un verdadero regalo del Cielo. Una simple imagen puede traer una sonrisa y cambiar un alma... ¡Guardar varios libros o imágenes que nos han servido a nuestra piedad y devoción, distribuirlos generosamente, he ahí un apostolado al alcance de todos!

 PROPOSITO DEL DIA  : 
Tómate unos minutos de recogimiento en una iglesia o, al menos, ante la imagen de la piedad a la cual acostumbramos a retirarnos para hacer oración.






















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