Lunes, 26 de noviembre: San Silvestre

San Silvestre nació en 1177 en Osimo, de la noble familia de los Gozzolini. En su juventud, estudió derecho pero, contra el Consejo de sus padres, se dedicó finalmente a la teología y al sacerdocio. Fué muy celoso de su sacerdocio y muy amado de los feligreses, pero el Señor lo destinaba a una vida más perfecta... 
A la edad de cincuenta años, mientras asistía al funeral de un pariente, fue sorprendido por la visión del difunto y exclamó: ¡Yo soy lo que él era, pero también voy a ser lo que él es! Quiso entonces dejarlo todo para vivir en soledad en una cueva cerca de Osimo. En este pequeño eremo, todos vinieron a verlo y, después de una aparición de San Benito, fundó una nueva rama de la orden benedictina: los silvestrinos, rama apostólica de los benedictinos que vestían un hábito azul. Murió en el primer monasterio que había fundado en el Monte Fano, cerca de Propriano, a los 90 años de edad, el 26 de noviembre de 1267, .

San Silvestre forma parte de la cohorte, discreta pero siempre presente en la historia de la Iglesia, de quienes se retiran en soledad total con Dios. Profetas de un mundo por venir, ya anticipan en la tierra la felicidad de la visión de Dios. La Iglesia nos dice que su vida, llevada a cabo con generosidad, nos valen gracias extraordinarias sobre todo el mundo. ¿Pensamos de tiempo en tiempo en ellos? También nosotros podemos gozar de la presencia de Dios, si vivimos un poco el retiro en nuestra casa.

PROPOSITO DEL DIA  :  
Hacer un poco de silencio, ¿por qué no un momento de meditación en la iglesia?






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