Sábado, 17 de noviembre: San Gregorio Taumaturgo
San Gregorio Taumaturgo marcó profundamente su tiempo por la santidad de su vida y milagros... Aún hoy nos impresiona, juzgalo por ti mismo...
San Gregorio, apodado el Taumaturgo, es decir, uno que hace milagros, nació alrededor del año 213 en Cesarea, en el Ponte. Pagano en su niñez, fue bautizado cuando era adolescente, discípulo de Orígenes y convertido en obispo de Cesarea, convertirá prácticamente su totalidad de almas que allí vivieron. Será el primer santo mártir que honrará el Oriente; San Basilio compara su santidad a la de Moisés y los profetas.
El Breviario nos relata dos milagros rotundos: en primer lugar por su oración, trasladó una montaña que molestaba para la construcción de una iglesia, cumpliendo así la promesa del Señor para aquellos que tienen fe. El Evangelio de la Misa nos narra el pasaje del Evangelio de San Marcos que trae la promesa del Señor. Por último secó, de la misma manera, un pantano que estaba causando discordia entre dos hermanos.
Murió cerca del año 270 e inmediatamente experimentó una intensa veneración.
Este es un obispo de los que nos gustaría tener. Y no estoy hablando de milagros, sino mas bien de su actitud apostólica... El Breviario cuenta que, en su lecho de muerte, preguntó cuántos infieles quedaron en Cesarea... Le dijeron: 17. Y le dio gracias a Dios, diciendo que 17 era el número de cristianos en Cesarea cuando comenzó su episcopado.
El Señor nos puede dar tales pastores, tan santos como pragmáticos.
PROPOSITO DEL DIA :
En nuestro examen de conciencia: ¿Qué hemos hecho hoy para Dios?
San Gregorio, apodado el Taumaturgo, es decir, uno que hace milagros, nació alrededor del año 213 en Cesarea, en el Ponte. Pagano en su niñez, fue bautizado cuando era adolescente, discípulo de Orígenes y convertido en obispo de Cesarea, convertirá prácticamente su totalidad de almas que allí vivieron. Será el primer santo mártir que honrará el Oriente; San Basilio compara su santidad a la de Moisés y los profetas.
El Breviario nos relata dos milagros rotundos: en primer lugar por su oración, trasladó una montaña que molestaba para la construcción de una iglesia, cumpliendo así la promesa del Señor para aquellos que tienen fe. El Evangelio de la Misa nos narra el pasaje del Evangelio de San Marcos que trae la promesa del Señor. Por último secó, de la misma manera, un pantano que estaba causando discordia entre dos hermanos.
Murió cerca del año 270 e inmediatamente experimentó una intensa veneración.
Este es un obispo de los que nos gustaría tener. Y no estoy hablando de milagros, sino mas bien de su actitud apostólica... El Breviario cuenta que, en su lecho de muerte, preguntó cuántos infieles quedaron en Cesarea... Le dijeron: 17. Y le dio gracias a Dios, diciendo que 17 era el número de cristianos en Cesarea cuando comenzó su episcopado.
El Señor nos puede dar tales pastores, tan santos como pragmáticos.
PROPOSITO DEL DIA :
En nuestro examen de conciencia: ¿Qué hemos hecho hoy para Dios?
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