Domingo, 9 de diciembre: segundo domingo de Adviento

¿Eres tú quien ha de venir, o debemos esperar otro?

También los comentaristas del Evangelio hacen hincapié en la violencia de esta pregunta de San Juan Bautista. Se podría reformular así afirmativamente: ¡no es obvio que eres el Mesías! ¿Es una duda en Jean-Baptiste? ¿Una táctica para esclarecer a sus discípulos que dudan? ¿O más bien una llamada para que Jesús se manifiesta a Israel? No sé... Pero, lo que si es cierto, es que esta pregunta sigue viva hoy en día. Muchos encuentran que Jesús no es obvio y se preguntan porqué razones siguen a este sabio de la historia...

Así que escuchemos la respuesta de Jesús: decidle lo que habéis visto: los cojos andan, los sordos oyen, el Evangelio es proclamado a los pobres.  Estas son las señales que Dios nos da, y,  es lo mínimo que se puede decir, que en dos mil años de historia de la Iglesia, hemos tenido tiempo para ver algunas maravillas de este género. Cuando el santo sacerdote de Ars, siendo un iletrado se propuso convertir toda una parroquia y más; cuando una muchacha, Santa Juana de Arco, se opuso a los teólogos más grandes de su tiempo; cuando madre Teresa se adentra sola para tratar a los pobres en las chabolas de Calcuta ¿no se ve a través de ellos el rastro de este Dios de los cielos?

Sí, este rastro de Dios es visible, si por lo menos se le busca con un corazón sincero y honesto... ¿Pero no eso es lo que hace falta en nuestros días? Por lo menos así parece en este Occidente... pues cuando se conoce la alegría de los católicos chinos que son perseguidos, causa de su fidelidad al Señor... ¿qué pensar de nosotros? ¡Que su fervor ayuda nuestra tibieza!

PROPOSITO DEL DIA  
Visitemos los Belenes que ya se han puesto en las Iglesias






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