Martes, 4 de diciembre: San Pedro Crisólogo

Pedro nació en Imola en Emilia al comienzo del siglo quinto, Fiel discípulo del obispo de Imola, fue por él ordenado diácono para el servicio de la diócesis. Y, en cierta ocasión, sucedió una casualidad inesperada y una aventura singular: tenía que acompañar a su obispo a Roma con una delegación de Rávena, que quería pedir al Papa reconociera al nuevo Obispo elegido. Sin embargo el Pontífice, en un sueño, vió a an Pedro y san Apolinario indicarle quien debía ser el obispo de Ravena... Pedro fue  entonces elegido como nuevo arzobispo en el año 433. Demostrando ser un pastor sabio y un notable predicador, lo cual le valió el apodo de Crisólogo, es decir, palabra de oro. Sus sermones eran profundos, cortos como a menudo son los buenos sermones: se dice que a veces carecía de voz y que la gente que le escuchaba, rompía a llorar. Luchó contra los entretenimientos frívolos que se acostumbraban en aquella época en Rávena con una fórmula que pasó luego a la posteridad: ¡quién quiere jugar con el diablo, no gozará con Cristo!  Después de 18 años de gobierno de la iglesia de Rávena, tuvo el presentimiento de su fin inminente y regresó a su país para terminar allí su vida. Murió pacíficamente el 4 de diciembre del año 450 y fue nombrado doctor de la Iglesia en 1729.

Hoy en día, si un sacerdote se atreve hablar en contra la frivolidad, rápidamente es tachado de "carca, de no estar al día, de cerrado..." Sin embargo, san Pedro Crisólogo, como todos los buenos pastores, sabía bien que espíritu del mundo y la frivolidad son venenos para una verdadera vida cristiana y que  oscurecen y secna infaliblemente las almas que son trocadas por esta enfermedad. Aprovechemos este tiempo de Adviento para cortar con estos modos y medios de comunicación que transmiten el espíritu del mundo y trabajemos para agradar al Señor...

PROPOSITO DEL DIA  : 
Al comenzar el Adviento, tomémos sin demora la resolución de hacer oración para llegar mejor preparados a la Santa Navidad.