Viernes, 14 de diciembre: de la feria
En esta segunda semana de Adviento, la liturgia nos hablan de la venida de Cristo Jesús en nuestras almas.
Es un tema misterioso para la mayoría de los cristianos... Todo el mundo puede entender el bien y el mal, el juicio después de la muerte... Pero que el Señor habita en nuestros corazones, que podemos estar en la intimidad con Él... esto es misterioso, incluso a alguno puede darle miedo... Muchos también creen que es algo reservado a los místicos, y que no se corresponde con nuestras condiciones de vida de nuestro día a día. Sin embargo el Señor dice en el Evangelio: cuando oréis, entra en tu habitación, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en secreto y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará! ¿No es precisamente esta intimidad en nosotros?
Si quieres vivir esa intimidad con Dios, no hay otra solución que aprender a orar personalmente. Como el Santo Cura de ARS enseñaba... a sus agricultores: tienes un pequeño corazón, pero la oración lo expande y lo hace capaz de amar a Dios...
No son las largas oraciones, o las oraciones hermosas que Dios mira, sino lo que están en el fondo del corazón, lleno de un gran respeto y un deseo genuino de agradar a Dios...
Con un cuarto de hora que robemos a nuestras ocupaciones, a la tele, para orar, esto será agradable para Él. Te atreves, dime honestamente, a decir que ¿no eres capaz?
La oración, unida a la práctica de los sacramentos, y si añadimos un poco de separación con el mundo, haciendo un poco de silencio y leemos algunos buenos libros (las vidas de los Santos, por ejemplo) ya tienes todos los ingredientes de una verdadera vida espiritual. Entonces se experimenta un verdadero Adviento: la apertura de tu alma al Señor que tan a menudo se descuida en esta tierra... Ah, una cosa más: este es el primer paso y ¡es el que cuesta!
PROPOSITO DEL DIA :
dedicar un tiempo de oración personal
Es un tema misterioso para la mayoría de los cristianos... Todo el mundo puede entender el bien y el mal, el juicio después de la muerte... Pero que el Señor habita en nuestros corazones, que podemos estar en la intimidad con Él... esto es misterioso, incluso a alguno puede darle miedo... Muchos también creen que es algo reservado a los místicos, y que no se corresponde con nuestras condiciones de vida de nuestro día a día. Sin embargo el Señor dice en el Evangelio: cuando oréis, entra en tu habitación, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en secreto y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará! ¿No es precisamente esta intimidad en nosotros?
Si quieres vivir esa intimidad con Dios, no hay otra solución que aprender a orar personalmente. Como el Santo Cura de ARS enseñaba... a sus agricultores: tienes un pequeño corazón, pero la oración lo expande y lo hace capaz de amar a Dios...
No son las largas oraciones, o las oraciones hermosas que Dios mira, sino lo que están en el fondo del corazón, lleno de un gran respeto y un deseo genuino de agradar a Dios...
Con un cuarto de hora que robemos a nuestras ocupaciones, a la tele, para orar, esto será agradable para Él. Te atreves, dime honestamente, a decir que ¿no eres capaz?
La oración, unida a la práctica de los sacramentos, y si añadimos un poco de separación con el mundo, haciendo un poco de silencio y leemos algunos buenos libros (las vidas de los Santos, por ejemplo) ya tienes todos los ingredientes de una verdadera vida espiritual. Entonces se experimenta un verdadero Adviento: la apertura de tu alma al Señor que tan a menudo se descuida en esta tierra... Ah, una cosa más: este es el primer paso y ¡es el que cuesta!
PROPOSITO DEL DIA :
dedicar un tiempo de oración personal
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