Martes, 5 de febrero: Santa Águeda
Señor Jesucristo, mi buen maestro, gracias por hacerme superar los tormentos de los verdugos, ordena Señor, que llegue felizmente a la gloria imperecedera. Oración de Santa Agueda, según la lectura del breviario.
Santa Agueda es una Virgen siciliana que murió mártir el año 254, durante la persecución de Decio. Con Santa Cécilia, Lucia e Inés, forma el brillante cortejo de las Vírgenes que la Iglesia celebra con un encanto especial; su nombre está incluido en el Canon de la Misa.
El relato de su martirio, desde muy antiguo, nos mantuvo el recuerdo de su admirable lucha por permanecer fiel a Cristo: Agueda, cuyo nombre significa 'bondad', era de origen noble y de gran belleza. El gobernador Quintiano cayó amoroso de ella, pero ella rechazó sus pretensiones de hacerla su mujer. Furioso el gobernador la mandó detener por ser cristiana y la hizo torturar varias veces, causándole la ablación de sus pechos de manera violenta.
Estando en prisión, tuvo una aparición de San Pedro que la curó de sus heridas y restituyó la integridad de su carne. Fue atormentada nuevamente al día siguiente, pero ocurrió un terremoto y el gobernador hizo que se la regresara a la prisión donde murió mientras rezaba.
Su fuerza en el combate de la fe, había marcado tanto los espíritus paganos, que cuando el volcán Etna estalló al año siguiente, estos se apresuraron a ponerse bajo la protección del velo de santa Agueda.
Hoy en día es casi un deporte nacional el quejarse de que el mundo anda mal o que está en problemas. ¿No sería mejor renovarse en el espíritu de valentía de santa Agueda? ¿Estamos dispuestos a dar testimonio con nuestra vida de una auténtica fidelidad a nuestro Señor?
PROPOSITO DEL DIA :
Evitar hoy quejarnos de los contratiempos y dificultades
Santa Agueda es una Virgen siciliana que murió mártir el año 254, durante la persecución de Decio. Con Santa Cécilia, Lucia e Inés, forma el brillante cortejo de las Vírgenes que la Iglesia celebra con un encanto especial; su nombre está incluido en el Canon de la Misa.
El relato de su martirio, desde muy antiguo, nos mantuvo el recuerdo de su admirable lucha por permanecer fiel a Cristo: Agueda, cuyo nombre significa 'bondad', era de origen noble y de gran belleza. El gobernador Quintiano cayó amoroso de ella, pero ella rechazó sus pretensiones de hacerla su mujer. Furioso el gobernador la mandó detener por ser cristiana y la hizo torturar varias veces, causándole la ablación de sus pechos de manera violenta.
Estando en prisión, tuvo una aparición de San Pedro que la curó de sus heridas y restituyó la integridad de su carne. Fue atormentada nuevamente al día siguiente, pero ocurrió un terremoto y el gobernador hizo que se la regresara a la prisión donde murió mientras rezaba.
Su fuerza en el combate de la fe, había marcado tanto los espíritus paganos, que cuando el volcán Etna estalló al año siguiente, estos se apresuraron a ponerse bajo la protección del velo de santa Agueda.
Hoy en día es casi un deporte nacional el quejarse de que el mundo anda mal o que está en problemas. ¿No sería mejor renovarse en el espíritu de valentía de santa Agueda? ¿Estamos dispuestos a dar testimonio con nuestra vida de una auténtica fidelidad a nuestro Señor?
PROPOSITO DEL DIA :
Evitar hoy quejarnos de los contratiempos y dificultades
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