LA VOLUNTAD (FIN)
¿En qué consiste el tercer medio que
es la acción?
El mayor secreto para obrar es el obrar
mismo. No hay aquí contradicción en los términos, porque por más apáticos que
seamos, nuestro poder de acción no baja jamás a cero; por muy impulsados que
nos sintamos por la pasión del momento, nuestro poder de inhibición no resulta
por esto del todo aniquilado. Este
residuo de poder, por pequeño e imperceptible que sea, es el que debe
ponerse en obra para aumentar nuestro poder de acción. Utilizando lo poco que
tenemos, llegaremos a poder lo mucho de que tenemos necesidad.
Si a uno le falta la respiración y la
fuerza muscular para subir una cuesta empinada, no tiene sino tomar el camino
menos pendiente, trazando en el monte con sus pasos senderos en curva; el
camino será más largo, pero llegará con más seguridad y menos fatiga. Lo mismo
sucede en las subidas o ascensiones morales: siempre que se encuentra una
subida muy pendiente, lo mejor es buscar algún rodeo para subirla más
fácilmente. Por ejemplo: si no puede uno hacer ninguna clase de obsequios a una
persona que le ha ofendido, por lo menos guárdese mucho de insultarla. “Tal
injuria le parece a otro humillante en demasía para no tomarse venganza de
ella, espere, sin embargo, a mañana,
etc, etc,…
Esta influencia de la acción tiene su
explicación. Toda idea es un acto en estado naciente, y si la idea es bastante
poderosa para excitar los centros afectivos y motores, el acto se consuma y
manifiesta al exterior; viceversa, el acto comenzado aviva la idea y la imprime
más fuerza. He aquí por qué se puede decir: para obrar con energía, es bueno empezar con
suavidad, a fin de que la acción reanime a la idea y al sentimiento, y por ese
medio lleguen a predominar las ideas que uno quiera poder realizar. La
experiencia de cada día nos animará a seguir por este camino. ¿De dónde
proviene que una obra comenzada de mal grado se continúa después con gusto, si
no es porque el sentimiento que nos mueve se aviva con el soplo de la acción?
De las observaciones indicadas se
deduce la ley moral tan importante de que es necesario comportarnos como si
fuéramos tales cuales desearíamos ser.
Ejercitándonos poco a poco en las
virtudes que no tenemos, es como llegaremos a poseerlas.
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