ULTIMO DOMINGO DE OCTUBRE

 JESUCRISTO ES REY

Cuando pedimos que venga a nosotros el reino de Dios, no pedimos sino que Jesucristo reine entre nosotros, porque Jesucristo es Rey. -Cristo es Dios, y porque es Dios él ha creado todas las cosas, ha creado al hombre y le ha dado leyes para que le sirva, que son los diez mandamientos del Decálogo; y le amenaza con su ira y con las penas y castigos si no le sirve y ama. Jesucristo que nos ha creado, es nuestro dueño, como el artista que pinta un cuadro es dueño de él y le da el destino que quiere, y lo conserva o lo destruye, según le agrade. Jesucristo nos ha creado y nos conserva con su Providencia.

Pero Jesucristo no es solo Rey por naturaleza, porque es Dios e igual a Dios en todo, sino también por derecho de conquista. Cuando un rey conquista una ciudad o una región, es rey de aquella tierra por derecho de conquista. Con el pecado, los hombres se rebelaron contra Dios y se negaron a servirle, y quedaron esclavos del pecado, o más bien del demonio autor de instigador de todo pecado. Durante muchos siglos gimió la humanidad bajo el yugo del demonio, que se hacía cada vez más intolerable, porque iban en aumento los pecados y las maldades de los hombres. Por eso toda la humanidad pedía la venida del Redentor, que había de redimirnos con su sangre y hacer de nosotros un nuevo reino consagrado al servicio de Dios. Jesucristo, clavado en la cruz, clavó allí el documento, es decir, la deuda del pecado que nos hacía esclavos de Satanás y la borró con su sangre. Y desde la Cruz reinó sobre nosotros, y a todos los hombres, desde entonces, los atrae a sí por su amor. Por eso desde todos los tiempos no ha habido hombre ninguno tan amado y respetado como Jesucristo, y a él tienden las manos, sin conocerlo, millones de almas que desean conocer la verdad, practicar el bien y verse libres de la tiranía del demonio.

Pero Jesucristo no viene a reinar entre nosotros ejerciendo directa y visiblemente sus funciones de Rey. Jesucristo nos ha dado a la Iglesia, que es reina también, porque es Esposa de Cristo. En la Iglesia encontramos todo el poder y la gracia de Jesucristo; por ella nos hacemos cristianos y vasallos de Cristo; por ella nos convertimos en soldados de nuestro Rey divino; por ella recibimos todos los Sacramentos, y con ella la gracia que nos hace además hermanos de Jesucristo y herederos con él del reino de la gloria. Cuánto no debemos amar y respetar a la Iglesia, pues por ella estamos al servicio de un Rey tan grande y tan bueno como es Cristo.