4 DE DICIEMBRE

 SANTA BÁRBARA, PATRONA DE LA BUENA MUERTE.

Santa Bárbara pertenecía a noble familia de Nicomedia, y su padre, pagano, se llamaba Dióscoro. Queriendo éste ocultar a las miradas de los hombres la  maravillosa belleza de la hija, la encerró en una torre, que decoró y alhajó como el más rico palacio, y allí colocó a su alcance cuanto una joven puede apetecer, y al mismo tiempo le proporcionó sabios maestros para que la iniciaran en las ciencias profanas. Pero todos estos regalos nada son para el corazón iluminado por el cielo; y Bárbara, que COMPRENDIÓ bien pronto toda la falsedad del paganismo, escribió a Orígenes para aprender de él la verdadera religión. Instruida y BAUTIZADA por este sabio, ardió en deseos de pertenecer por entero a Cristo y le consagró su VIRGINIDAD, con riesgo de excitar la cólera de su padre. ¡Cuán admirable el fervor de esta joven cristiana recién convertida, y cuán digna de alabanza ella por su diligencia en corresponder a la gracia!

Fiel a sus promesas, rompió y destruyó en ausencia de Dióscoro cuantos ÍDOLOS había en la torre, hizo grabar en todas las habitaciones el signo de la Cruz. En su celo, que aumentaba por días, quiso abrir en la torre una tercera ventana en honor de la SANTÍSIMA TRINIDAD, y al verla, dijo: "La luz de idéntica naturaleza, penetrando por estas tres aberturas iguales y diferentes, ¡qué hermoso símbolo del misterio altísimo de un solo Dios en tres Personas!"

Cuando Dióscoro se enteró de que su hija se había convertido al Cristianismo, su furor no tuvo límites, y quiso matarla con la espada; pero ella, queriendo EVITAR crimen tan horrible, huyó, y Dios hizo que se abriera un roca en la que pudo esconderse y escapar a la venganza paterna. Cuando algún tiempo después fue hallada, la golpearon brutalmente; entonces se le apareció Jesús, que la consoló y fortaleció para nuevos y más terribles combates.

¡Qué hermosas recompensas recibe siempre la fidelidad a la gracia! Por el contrario, cuántas tinieblas, remordimientos y castigos atrae sobre nosotros LA RESISTENCIA  a la voz divina cuando nos pide hagamos ciertos sacrificios, corrijamos determinados defectos, costumbres perjudiciales para nuestra alma, negligencias que impiden el progreso espiritual! ¡Cuántos réprobos hay en el infierno por haber sido infieles a la primera gracia, que hubiera sido el primer eslabón de una cadena que terminase en la eterna salvación!

¡Oh Jesús!, te pido esa DOCILIDAD que santificó a Santa Bárbara y la hizo digna de recibir tantas luces y auxilios especiales. En este día quiero tomar las siguientes resoluciones: 1ª vivir constantemente RECOGIDO para percibir mejor todas las insinuaciones del Espíritu Santo y atender a ellas sin tardanza; 2ª sacrificar los gustos, inclinaciones y aversiones cuando se trate de OBEDECER al Espíritu divino, a quien jamás quiero entristecer.