31 Agosto El Juicio de los pecadores

 ¡Que desesperación se apoderará de los réprobos cuando el Juez de vivos y muertos lance sobre ellos estas terribles palabras: "Apartaos de Mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles (Mt 25, 41)" Entonces comprenderán, sin que les quepa la menor duda, que para siempre son desterrados de la Patria de los elegidos. Rechazados por aquél que es fuente de todo bien, ya nada tendrán que esperar. "Vistiose de la maldición como de un vestido, dice la Escritura, y penetró ella como agua en sus entrañas y caló como aceite hasta sus huesos (Salmo 108, 18)" "Apartaos de Mí, les dice el Juez soberano, apartaos de Mí, que soy el único principio de felicidad".- "Pero Señor, ¿adónde iremos?", preguntarán los réprobos.- El Señor les contestará: "Id malditos, al fuego eterno".; al fuego que lleva en sí todos los males del cuerpo y del alma, al fuego creador de los mas crueles tormentos, los mas numerosos, los mas constantes y los mas diversos. Yo os había creado para gozar de las delicias del Cielo pero por vuestros pecados no podréis entrar en él; vuestros pecados son la única causa de condenación. "Apartaos de Mí, malditos, id al fuego inextinguible."

Apenas pronunciada tan terrible sentencia, la tierra se abrirá, y un abismo sin fondo, el abismo del infierno, tragará a los condenados. Allí se verá a reyes, nobles, mezclados con la hez de la sociedad, y no se les distinguirá de los mas vulgares malhechores. Allí se verá a sacerdotes y religiosos que no cumplieron con los votos y demás deberes, y a personas que al parecer vivían piadosamente. El halago de una pasión, tal vez al principio inocente, les habrá conducido, sin duda, a tan irreparable desgracia.

Desde hoy procura llorar tus pecados y corregir esa conducta que te lleva a ocasiones y peligros de ofender a Dios. Y me propongo arrancar las afecciones del corazón, así como defectos, que son frecuentemente origen de mi cobardía en tu santo servicio.