22 DE JULIO. SANTA MARÍA MAGDALENA

 Estando Jesús sentado a la mesa en casa de Simón el Fariseo, una pecadora pública, llevando un vaso de alabastro lleno de bálsamo, se postró a sus pies y comenzó a bañárselos con lágrimas, a limpiárselos con sus cabellos, a besárselos humildemente; y derramó sobre ellos el bálsamo o perfume, que era de gran valor. -¿Por qué dio esta mujer tales pruebas de ARREPENTIMIENTO Y DEVOCIÓN? Jesús nos lo dice: "Le son perdonados muchos pecados, porque ha amado mucho." Luego el amor divino es el que inspira a Magdalena tanto dolor y rendimiento ante el Señor.

El amor, efectivamente, nos hace concebir gran horror a las más ligeras faltas, y nos anima a reparar las ofensas hechas a Jesús, muy al revés de lo que hace el frío egoísmo del mundo. Por eso Jesús dijo a Simón el Fariseo: "¿Ves a esta mujer? He venido a tu casa y no me has dado agua con que lavarme los pies; ésta ha bañado mis pies en lágrimas y los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me has dado el ósculo de paz; ésta, desde que llegó, no ha cesado de besar mis pies. Tú no has ungido con óleo mi cabeza, y ésta ha derramado sobre mis pies sus perfumes (Luc. 7, 44-46)."

Admiremos los efectos del amor dolorido:

1. Nos hace llorar amargamente los pecados, y además nos hace entregar a Jesús el corazón de manera HUMILDE Y ABNEGADA, simbolizada por la constancia de Magdalena en abrazar sus pies sagrados y limpiarlos con sus cabellos.
2. Infunde en nosotros una devoción TIERNA Y PERSEVERANTE, que, como un perfume de agradable olor, se exhala de nuestra alma para regocijar el corazón de Dios.

¿Sentimos nosotros santos AFECTOS que nos muevan a llorar nuestras faltas al pie del Crucifijo y nos inflamen el CELO en el servicio de aquél que tantas veces nos ha perdonado? ¿Estamos dispuestos a demostrarle nuestro amor, aún a costa de los más grandes SACRIFICIOS?

¡Jesús mío! Inspira a mi alma los mismos sentimientos que animaron a María Magdalena; dame, como a ella, corazón CONTRITO Y HUMILLADO, corazón lleno de grandes deseos de PENITENCIA Y MORTIFICACIÓN, es decir, un corazón decidido a arrancar de sí cuantos OBSTÁCULOS se opongan a tu divino amor.