3 DE OCTUBRE. LAS PERFECCIONES DE DIOS.

 El amor que, como criaturas, debemos al Creador exige lo manifestemos con pruebas. Por tanto, debemos manifestar a Dios los sentimientos y disposiciones de nuestro corazón. San Alfonso de Ligorio aconseja que hagamos con frecuencia actos de COMPLACENCIA, alegrándonos de la infinita felicidad del Señor y de sus adorables perfecciones; actos de BENEVOLENCIA, deseando verle amado de todos y lamentándonos de las ofensas que recibe; actos de PREFERENCIA, estimándole y amándole muy por encima de todas las criaturas, siempre dispuesto a perderlo todo antes que perder su santa amistad. 

Estos actos, repetidos con frecuencia durante la meditación y la acción de gracias de la Comunión, producirán tres efectos preciosísimos:

  1. Sincero ARREPENTIMIENTO de todas las faltas, inspirado por los más elevados motivos.
  2. Profundo pesar por no haber amado a Dios ardientemente y haber dado TANTAS TREGUAS A SU AMOR, siendo, como es, el Bien supremo, la Belleza infinita y la Amabilidad por esencia, única que podrá hacernos felices en esta vida y en la otra. Por eso exclamaba San Agustín: "Tarde os amé, Dios mío, hermosura tan antigua y tan nueva; tarde os amé (Confes., libro X, cap. 27)".
  3. Gran afán de RECUPERAR el TIEMPO PERDIDO.
Con tal fin nos mortificaremos, lucharemos contra las tentaciones y defectos, multiplicaremos las oraciones, las lecturas piadosas, las prácticas de devoción y las buenas obras para así unirnos a Dios con voluntad firme, constante y desinteresada.

¡Oh mi único Bien, único digno de desearse en este mundo y en el otro! Solo en ti encuentro cuanto necesita el alma. Eres mi grandeza y mi GLORIA, pues has querido elevarme hasta ti, al hacerme participar de tu vida divina y hacerme hijo tuyo. Eres mi RIQUEZA, ya que por ti son todas mis acciones meritorias y con derecho al reino de los cielos. Eres mi paz y mi FELICIDAD, porque cuanto más sinceramente te amo, más siento como que una íntima alegría inunda mi corazón y le hace estremecerse de gozo y de esperanza al recordar tus divinas promesase e infinita bondad. Por la poderosa intercesión de la Reina de los cielos, infúndeme RESPETO  a tus grandezas, AGRADECIMIENTO  a tus beneficios y gran DESEO DE AMAR sin reservas tu belleza infinita, de la que están prendados los ángeles y los elegidos.

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