Lecc 12 CUESTIONES SOBRE LA FE (2)

Diversas clases de incredulidad.

—Con respecto a la fe, unos son infieles, otros incrédulos, otros herejes, otros apóstatas, otros indiferentes. Hay diversos grados de negar la fe o de estar apartados de ella; y conviene saberlos, para apreciar su culpabilidad y su estado respecto de la salvación. 

Quiénes son infieles.

— Infieles son los que nunca han tenido fe, ni están bautizados y por consiguiente jamás han sido miembros de la Iglesia. Éstos, si están de buena fe y guardan lo que su conciencia les dicta, lograrán de Dios que por medios ordinarios, o si es preciso milagrosos, les manifieste la fe verdadera, por lo menos lo necesario de ella, y que de alguna manera puedan recibir el bautismo, siquiera de deseo como ya lo explicaremos más en su lugar. Porque Dios, a quien de su parte hace lo que puede, no le niega nunca la gracia. 

Quiénes son incrédulos.

— Incrédulos son los que conociendo la fe la rechazan. Incrédulo fué Santo Tomás (J., 20). La incredulidad proviene, las más de las veces, o de ignorancia, pereza, falta de instrucción, o de soberbia o de mala vida. 

De ignorancia: como las personas rudas se ríen de las ciencias, del pararrayos, de los rayos X, de los abonos químicos, etc., así algunos incrédulos se ríen de los misterios; quisieran palpar, oler, oír y casi comer lo que han de creer. ¡Yo no creo sino lo que veo!, suelen decir. Y a lo mejor éstos son los más crédulos para paparruchas, consejas y filfas; y, de ordinario, nunca estudian la religión. 

De soberbia: esto es muy frecuente; la soberbia interior y secreta con apariencias de tolerancia, de buen tono, de respeto, de desdén sabio..., suele ser la raíz de muchísimas incredulidades. Y éstos suelen ser los más difíciles de convertir, sobre todo si a esa soberbia secreta unen una vida correcta por lo demás. 

De mala vida: el que vive mal, encuentra estorbo en creer, y remordimiento en reflexionar en la fe Y de ordinario se halla muy inclinado a reírse de la verdad, aun de la verdad natural, y por lo menos a no pensar ni instruirse en doctrinas que le inquietan y atormentan. 

Quiénes son herejes.

—Herejes son los que rechazan algunas verdades de fe que enseña la Iglesia ser reveladas. Herejía, viene de la palabra griega airesis, que significa secta, separación; es una fe incompleta; cree poco o mucho, pero niega algo revelado. Por ejemplo, uno niega la divinidad de Jesucristo, otro la existencia del Espíritu Santo, o que Jesucristo fué hombre, o que la Virgen fué Virgen, o que fué Inmaculada, aun cuando cree todo lo demás; Heresiarca es el que se hace cabeza de alguna herejía, y la funda o la propaga. Tales fueron Arrio, Nestorio, Macedonio, Eutiquio, Huss. Lutero, Calvino, Enrique VIII, y otros como éstos. La mayor parte de las herejías han naeirlo de la soberbia, o de la corrupción, o de las dos cosas juntas. 

Quiénes son heterodoxos.

—Heterodoxos (de diversa doctrina) se llaman aquellos que en algunos puntos de doctrina disienten de la Iglesia, y participan algo de la herejía, aunque no sean herejes, por no negar ningún dogma de fe. Tales son muchos católicos que profesan muchos errores modernos, condenados por la Iglesia. 

Quiénes son cismáticos.

—Cismáticos, o separados (cisma, es lo mismo en griego que cortadura o rasgón), es aquel que no reconoce la autoridad del Jefe de la Iglesia. Propiamente no es hereje; si bien de ordinario los cismáticos caen también en herejías; pero de suyo sólo faltan a la obediencia debida al Jefe de la Iglesia, al Papa. De todos hablaremos cuanto se trate de la Iglesia católica. 

Lo que se necesita para que haya herejía verdadera.

—No todos los que tienen errores contra las verdades de fe son herejes; porque herejía propiamente es un error voluntario y pertinaz contra alguna verdad de fe propuesta por la Iglesia, en un hombre que recibió la fe. Si, pues el error no fuese voluntario, o se tuviese de buena fe, o sin pertinacia, la herejía seria herejía material, pero no propiamente herejía formal ni pecado. Como cuando uno toma lo ajeno, creyendo que es suyo, comete un robo material, pero no un robo verdadero y formal. Y asi sucede a muchos que han nacido en países herejes, los cuales desde niños han recibido errores, y se han educado de buena fe en ellos, y ni sospechan acaso que tienen herejías; los cuales si están bautizados y se portan como su conciencia les dicta, y en general están dispuestos a confesar todo lo que Dios ha revelado, no son herejes formalmente, y pertenecen ai alma de la Iglesia, como dicen los teólogos. 

Qué son apóstatas.

—Apóstatas son los que del todo han dejado la fe que tenían, aunque también se suelen llamar asi los que se pasan a cualquier herejía. Es lo peor y más abominable. 

Qué son indiferentes.

—Indiferentes son aquellos que no se cuidan de ninguna enseñanza religiosa, y lo mismo les da una religión que otra. Son gente que sólo atiende a los bienes o comodidades o vicios del mundo, y de ordinario llevan vida inmoral. También se los llama librepensadores, aunque éstos propiamente son aquellos que tienen la teoría de que cada cual puede creer lo que le da la gana: que es lo que llaman libertad de pensamiento y libertad de conciencia. Sistema absurdo. 

Cómo se pierde la fe.

—Se pierde la fe y se llega a estos estados por falta de instrucción, por las malas compañías, por las malas lecturas, por los vicios, por la soberbia, por la falta de práctica religiosa; de ordinario, antes de faltar la fe, suele faltar la vida cristiana, y antes se deja de practicar que de creer. Todos los que estén en alguno de estos estados, por su culpa, no se pueden salvar. Pero si estuviesen en estos estados de buena fe, sin culpa, con ignorancia invencible, y además hiciesen lo que su conciencia les dictare, se salvarían por la providencia ordinaria o, si fuera manester, extraordinaria de Dios, que tiene muchos medios de salvar las almas.

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